A las 19:36 dicen que abandonas este mundo, dicen que ya no me abrazarás como nadie lo ha hecho, tan fuerte tan particular con tus bracitos blancos y suaves con tu pelo cano.
Ya no habrán más secretos que guardar, no hablaremos más de tus bonitas plantas ni de esas fotos en blanco y negro en las que estás guapa.
A las 19:36 siento ira por aquellos que siguen estando en este mundo de escoria y mi alma grita al espejo ¿Por qué siguen respirando? Hallo paz cuando advierto que te has liberado de toda miseria.
A las 19:36 horas te veo suspendida riendo y diciendo: “Gracias por estar aquí pero no hace falta que lo pases mal cariño” Entonces sonrío y me siento extraño, porque acabas de dejarme y sonrío, porque hace un segundo he odiado, porque mientras escribo lloro porque a las 19:36 he intentado abrazarte como tú lo haces y tu cuerpo estaba frío y he tenido que salir corriendo y odiar de nuevo al resto del mundo.
En estos días he estado observando el vuelo de las aves, el trasiego de las nubes, la luna, por si de esta manera te estabas comunicando conmigo. Yo solo quería comunicarme contigo una vez más, decirte la mala suerte que estamos pasando, solo escucharte una vez más, a mí me tranquilizan tus palabras, derrochan fuerza y justicia, sabiduría, amor hacia mí y hacia quienes más me importan.
Siempre te recordaré en tu despacho, en tu silla, recta, elegante, como una gran jefa.
En el hogar de las almas espero encontrarte cuando mi cuerpo alcance su hora.
Descanse para siempre en paz el alma de mi tía.
THA
