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Note

miércoles, 28 de febrero de 2018

HOY

Una monarquía "colocada" por un dictador que intenta eternizarse sin preguntar a "su pueblo" si quiere seguir disfrutando de su servicio (Oh, qué bonita oportunidad has dejado escapar, eminente rey, veremos cómo hacemos las paces y a dónde van a parar los toisones), un Estado venenoso que NORMALIZA el menosprecio e insulto a los que se manifiestan, la represión del arte, el maltrato a los más frágiles e inatendidos -véase 3a edad, inmigrantes y resto de personas en riesgo extraordinario de padecer cualquier "cosa" en cualquier momento- la deshidratación del sistema sanitario (público) y educación; ingenieros trabajando en Leroy Merlin por 900 euros (y que encima dan las gracias, hijos de puta todos), investigadores en laboratorios que se nutren de una beca de 299 euros/mes que le da para comprarse a plazos un sillón de segunda mano, miles de psicólogos que casi tienen que acertar todo el examen (PIR) para tener opciones a ejercer su profesión (me refiero de una manera digna), instituciones al servicio de delincuentes; concesiones, millones en lo alto de un armario, millones de casas deshabitadas (¿por qué el Estado no compra o directamente expropia esas casas a los bancos "rescatados"....?) Cuánto hijo de puta, yo me cagaría en los muertos de mucha gente pero no quiero ir a la cárcel... me voy a arriesgar: me cago en los muertos de los que se sientan aludidos.

Toda esta parrafada está tan normalizada, es tan conocido... es como la misma sopa de letras otra vez, regurgitada, ácida, es lo de siempre... ¿somos los de siempre? quiero decir, ¿hasta qué punto reproducimos una y otra vez la historia? Es como sentarse a ver todos los días cine de barrio. Parece que ya sólo queda reunirse con amigos, -si es que tienes- emborracharte y decir barbaridades como que Gordillo es el mejor lateral de la historia del Madrid, que si yo fuera el president y tu el otro presidente lo arreglaríamos todo comiendo tortilla de patata. Que conste que atravieso un momento de excepcional felicidad, ni sé de donde viene con exactitud ése chorro neuroquímico, pero hay una realidad tremenda, un suelo lleno de porquería por el que hay que caminar. Son tiempos tercos, ¿eh?, todo muy arena movediza..., son tiempos jodidos, opacos, Galileo volvería a arder mucho.

Somos aptos para cambiarlo todo pero, ¿dónde está la actitud? Existe y cada momento de efervescencia ha de ser aprovechado; los pensionistas, por ejemplo, nos brindan la oportunidad de ver hasta qué punto el ciudadano puede o no girar la realidad; evidente que en caso de fracaso se deban adoptar posturas más agresivas.
Absoluto apoyo y presencia a todas las fuerzas de las que somos parte. Es hora de escribir otra historia.

THA