elefantes

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Note

domingo, 9 de septiembre de 2018

Pero estás vivo

El molino de tiempo que tengo en el patio de mi casa giró con vehemencia y me transportó a lugares inhóspitos, lugares amorfos y sin color, donde el sonido todavía no ha irrumpido, donde los ojos navegan en los círculos perdidos de la nada. Allí permanecí suspendido pensando en ti, en la poesía de Walt Withman, días enteros me preguntaba cuántas veces al día, Withman era el Withman que escribía aquellos versos: lo que uno es al final se abre paso. Las dudas siguieron hasta que en otro golpe de fortuna resurgí del letargo.
Me gustaría que la vida fuese un horizonte extenso en el que al final, lo que uno es se abre paso, pero vi demasiados ojos navegando en aquellos vórtices; ojos donde crecen espléndidas higueras entre las rocas de una playa, ojos mecidos al vaivén del verano, ojos desbordados por colinas de margaritas y mariposas, ojos de antaño... de los que no he vuelto a saber pero si oír el alarido de: nadie doblará la esquina, dónde está la mano que toque mi espalda.
Quisiera construir un barco, volver, y en un delirio total a lo Withman derribar a cañonazos el muro que nos separa.

THA

Paseo del Muelle, Barrio Santa Lucía

Andrés Rosique conduce una california roja, va sin camiseta y pesa 90Kg.
Su cara redonda y barbada hasta los ojos completan la estampa.

Andrés Rosique entró la madrugada del lunes en la casa de Ginés Conesa, le rompió las paletas y el hueso frontal, luego robó lo que pudo. Ahora Conesa quiere que lo mate.

Le tengo a tiro, Andrés canta en la california roja, hace girar su riñonera en el aire, -un globo amarillo surge de la nada y golpea la rueda trasera- hace un caballito... un caballito, ¿entendéis a dónde quiero ir? Llega a casa e imita a un gallo, intenta picotear a sus hijos... y a mi me importa una mierda que tenga familia o que vaya drogado... No lo sé, quizá necesite antes un par de cervezas.

THA