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Note

sábado, 7 de noviembre de 2020

EN EL MURO

Cuando llegué esta mañana a la playa del Guijarro hacía viento y un fuerte oleaje, el cielo estaba completamente despejado a excepción de una barra densa y blanca al horizonte, de alta como 20 petroleros, calculé al compararla con uno que pasaba. No había nadie en la playa a excepción del señor Vara cuyas luces de navidad deja encendidas todo el año.

El muro del paseo marítimo estaba mojado por las olas y me senté en una zona seca, pensando que no me alcanzarían. Sabía que en esa zona del muro vivía una rata “sin nombre”. La veía con frecuencia. Una rata que vivía entre el muro, las rocas de contención y el guijarro. Tiene los bigotes húmedos y ralos, el morro afilado, la columna encorvada y los dedos en garra: un ser repugnante, pero que a base de verla ya no me importunaba, de hecho más bien todo lo contrario. En ese instante recordé a Marvin, una araña negra que le dio por vivir en el retrovisor de mi coche durante seis meses, detrás del espejo. Entre el retrovisor y la luna de la puerta tejía su tela, donde caían insectos de todo tipo que luego mataba y embalsamaba. Jamás me dio asco Marvin, la imaginaba en el sillón de su salón, fumando un puro mientras miraba magnánima sus cadáveres colgando del techo, ni esta rata ahora, ¡pero quién soy yo!... y así vivo desde hace un tiempo que no hay avispa que se ahogue en una piscina si lo presencio. No busco ser mejor persona, tampoco creo en la reencarnación, pero si se derrumba todo puede que clave las rodillas en el suelo y pida clemencia.

EL viento rizaba el mar, y el sol grande incidía en cada onda convirtiendo la totalidad en un extenso manto brillante que al golpear la orilla, se abría como el champán. Conozco los montes que abrazan la playa, y esas rocas viejas, rocas afiladas con las que alguna vez me corté; esas viejas rocas todavía cortan. Una serie de olas crecieron demasiado pues perdí de vista las gaviotas que por ahí flotaban y cuando me di cuenta se había levantado ante mí un gran bloque de agua, y el muro se mojó al completo.

THA

domingo, 25 de octubre de 2020

HUELGA 2020 OJALÁ ME EQUIVOQUE

Esto no es un ataque gratuito al gremio en absoluto, es una exposición de razones por las que creo que la “comunidad médica” constituye el sector más anodino, endeble, y menos reivindicativo que existe a día de hoy en España; una breve radiografía pesimista de por qué el médico y resto de compañeros debe ir a la huelga, y de por qué probablemente está destinada al fracaso.

El médico es un ser que se constituye desde la individualidad, su transformación a médico no transcurre en un ambiente de comunidad real; es cierto que en la carrera se hacen grupos de prácticas, amigos, etcétera, y el periplo culmina en un examen en el que debes destacar sobre tus compañeros para poder elegir antes que ellos la especialidad que “te gusta”. Una vez que has elegido y empiezas a trabajar como MIR (médico interno residente), obviando que algunos quieren destacar por encima de otros para ser mejor considerados, conoces la carrera de ratas que es la bolsa de trabajo: ganar puntos publicando, haciendo cursos, tesis, máster de 4000 euros y etcétera para que cuando salgas del MIR estés situado en la bolsa por delante de tus compañeros (no consigues una plaza directamente cuando terminas el MIR//creencia extendida en la población no sanitaria, supongo porque antiguamente sería así) y te puedan llamar antes para ofertarte un miserable contrato de un mes en un pueblo a 80 km de donde vives.

Un apunte: un curso de varios fines de semana on-line que cuesta 120 euros y se aprueba con el esfuerzo de soltar básicamente los 120 euros, puntúa más en la bolsa que una publicación en una revista de impacto (revista internacional relevante en la comunidad científica): ¿cómo queremos que la medicina se convierta en un espacio de investigación y ciencia, premiando lo mediocre, sabéis lo que cuesta publicar un artículo en una revista de impacto?

Así que es normal que en el ADN del médico se encuentre el gen del individualismo.

El médico, los enfermeros, técnicos tenemos a mano la maquinaria: si te sucede algo, el mismo día te puede echar un ojo un colega, hacerte una prueba de imagen o un análisis de orina, faltaría más, pero esto también te puede deformar el punto de vista de cómo funciona realmente el sistema público de salud: se nos olvida que así no funciona para todos y hasta que un familiar no sufre las consecuencias de ser mal atendido, no nos enteramos. Porque no hay una conciencia colectiva, porque ésa empatía de la que tanto se habla y se larga en la consulta: “si, si, entiendo por lo que pasa”, es realmente una muletilla para calmarle un poco: todo el mundo sabe que puedes ser educado, cálido en el trato… pero no puedes saber por lo que pasa nadie porque tú no eres esa persona ni sus circunstancias (principal razón evidentísima). ¿Qué hay que reivindicar si lo tengo todo a mano, si a mi me funciona?

Dicho esto, el médico siente una presión social e hipocrática de responsabilidad para con el paciente, con el que tiene un pacto de buena praxis. Justo esto le otorga al médico, aunque cada vez su figura se ve más deteriorada o deformada, un estatus superior, respetado en los medios de comunicación, un ser casi en las nubes, que no digo que esté mal porque es un trabajo de cara al público con el público más complejo, pero es lo que le faltaba al ser individualista y narcisista (los hay numerosos) que va por delante de sus compañeros: que lo sitúen en las nubes.

Vale, pero es que no estamos en las nubes, ni somos los mejores porque en realidad nuestras condiciones laborales son deficitarias, la estructura es deficitaria por culpa de la política irresponsable (basta ya de decir eso de que soy apolítico, la política no me importa, me suda un pijo…) con menos empleados de los que necesita un servicio para que funcione correctamente, esto es, para que pueda asumir una cantidad de pacientes con la calidad que se merecen, lo que origina vicios endémicos organizativos. Porque los horarios son inhumanos en lo que respecta sobre todo al trabajo en urgencias. Si el médico no tiene ni idea por lo que está pasando el paciente porque no puede, el no médico no sabe lo que es trabajar 24 horas en urgencias (ejemplo de vicio endémico) por la misma razón. Trabajar con el público más complejo (preocupado, dolorido, malhumorado, demandante e irrespetuoso alguna vez, al borde de la muerte y por qué no decirlo: contagioso) durante 24 horas y hacerlo bien es casi imposible: ¿por qué se libra 24 horas únicamente tras una jornada de este calibre, cuando en la mayoría de sectores gozan de un descanso hasta de 5 días consecutivos? ¿Pero qué es esto? ¿Qué significa que por real decreto se pueda contratar a personal sin formación especializada? ¿Qué significa que el médico tenga un sueldo base de 1000 euros? ¿Para qué voy a repetir los contratos que se ofrecen y para qué recalcar que alguien no consigue una plaza fija hasta pasados aproximadamente los 40 años y por lo tanto más de 20 años dedicados a la profesión?

Son muchas más las razones por las que los residentes y el resto de médicos se encuentran en condiciones deplorables respecto a lo que merecen, razones que en realidad están ahí casi de siempre. A los veteranos de la medicina que dicen eso de: “cuando yo era joven no libraba las guardias” como dejando caer que la situación es más que decente, que sepan que están superados por completo, rebasados, en su alrededor se ha cerrado un círculo; es decir, que no hay contra-frase posible, silencio como mucho.

Hoy corren tiempos de crispación política e ideologías que nos polarizan brutalmente, pero la salud es un ámbito en el que todos evidenciamos su descuido, como un hogar que se deja de habitar, en el que se deja de invertir. Las consecuencias son un sistema de salud cogido con pinzas para que funcione con lo justo, lleno de parches, frágil, mediocre, con una calidad asistencial menguante, conformado por profesionales competentes pero cansados (hay recordar aquí que el sector sanitario es el que presenta mayor absentismo laboral en el último informe del 2020) y desmotivados.

Podemos reunirnos los amigos la enésima vez a beber cerveza y decir que es el momento para reivindicarnos, que tenemos fuerza para cambiar las cosas, ahora que nuestro trabajo es más reconocido que nunca… pero el cielo se nos cae encima cuando recordamos al llegar a casa que hay que pagar la escuela privada de los críos y las dos hipotecas y lloramos amargamente con los ojos secos. Pero no son los críos y las hipotecas: es que te importa una mierda mejorar la calidad asistencial (¿dónde está el compromiso?) y tus condiciones laborales (¿dónde está la inteligencia?) a cambio de cobrar un poco menos por un pequeño período de tiempo.

Y esto es lo que genera una sociedad individualista (aquí es donde no está el compromiso) y narcisista (aquí la falta de inteligencia al amputar cualquier punto de vista exógeno) que cree que vive bien y está bien situada en un lugar inmejorable cercano a las nubes.

THA

jueves, 10 de septiembre de 2020

La Palabra Hueca//Palabras Más Palabras menos

A muy poca gente le gustan las palabras porque las definiciones son odiosas, sí, las definiciones, no las comparaciones...

Crees vivir en democracia y un día te das cuenta de que sucede la no democracia, y otro día adviertes que la no democracia es la arquitectura de la vieja democracia en la que creías vivir. Podríamos llamarla directamente de otra manera pero seguro que pronto boicotearíamos la nueva palabra. Porque el ser humano es así, es un animal que viviendo de la ciencia infusa, comiendo de los árboles sin pudor y sin parásitos en su carne, prefirió comerse un manzanón, eso sí, era un manzanón.

Dicen que la nada constituye a la jarra como tal, el centro, el hueco o vacío y que sin este la jarra sería cualquier otra cosa menos jarra; al igual aseguran que la comunidad tal y como queda definida no puede alcanzarse, porque cuando vemos cómo funciona, el vector de sus relaciones, puede apreciarse que justamente lo genuino de la comunidad, falta en nuestra comunidad: somos la comunidad de los que no tienen comunidad (Roberto Esposito).

Así sucede con muchas cosas a los que muchos pensadores llaman mitos, como mitos de la cultura, el mito del nacionalismo, el mito de la amistad... al final todos sabemos que estamos con alguien o somos amigo de alguien porque nos aporta bien-estar, o nos conmueve, o lo que sea, pero que si no recibiéramos “eso” (aquí resuena lo de: somos amigos desde la infancia) no seríamos amigos, pareja, etc, pero el mercantilismo suena asqueroso y lo adornamos con una palabra que nos haga más llevadera la respiración.

Desde la magnífica aberración que supone el ser humano, su existencia, su capacidad para llegar a Marte, crear aceleradores de partículas y dejar morir a la gente de hambre... hay dos extremos a los que uno no debe llegar: el de no dudar de sus pensamientos y creerse magnífico sin saberse aberración y animal, y el de pedir perdón por haber nacido.

https://www.youtube.com/watch?v=Vz7ldP-11AU

miércoles, 17 de junio de 2020

El abrazo

Las aguas cayeron serenas y constantes hasta satisfacer la tierra. En un descenso del terreno se formó un hermoso charco; lancé una piedra y claro, se produjo el efecto del sólido sumergido en el líquido. Las ondas circulares se extendieron hasta disolverse en el agua. Pensé, y te abracé. Ésa es nuestra historia: el pensamiento lo volcamos en una acción y esta se expande hasta disolverse en la humanidad.

Carmen Izquierdo Gallego

lunes, 13 de abril de 2020

CARTA DE LA ABUELA. CONFINAMIENTO 2020

REFLEXIONES DEL CONFINAMIENTO 2020
(VIVA ESPAÑA) (VIVA NUESTRA SANIDAD) (VIVA LA GENEROSIDAD DE TODOS LOS ESPAÑOLES)

Hoy 12 de Abril del 2020 padecemos la infección del coronavirus que ha recorrido casi todo el mundo.

Queridos hermanos todos:
Mis condolencias a los familiares de los fallecidos. Mi esperanza para todos los infectados y mi fuerza (que si físicamente es escasa, espiritualmente es profunda y extensa) para los sanitarios y todo el personal que trabaja sin descanso en la protección y reposición de nuestro bienestar.

No culpemos a nadie:

A lo largo de mi vida he oído hablar de grandes epidemias: la peste, la gripe (española), en la posguerra la tuberculosis, el paludismo (tratado con quinina), el carbunco que se trataba quemando la carne afectada,……recuerdo ir al dispensario con mi madre y hermanos a ponernos en la oreja, mediante un pinchazo, la dosis necesaria, después de soportar una cola interminable……, enfermedades de la piel por falta de higiene (sarna, piquiña) y muchos parásitos (piojos y pulgas)……. Al
volver mi hermano de la División Azul traía consigo una maleta de madera repleta de chinches……Mi madre, durante los tres años de la guerra civil se hizo una experta en ayuda sanitaria aun teniendo a su cargo siete hijos. Más tarde recuerdo acompañarla a cuidar a los enfermos y lisiados de ambos bandos, que daban de alta de los hospitales incluso con heridas abiertas sin tratar por falta de medios.

¡Pido a los cielos que cesen las guerras en el mundo! Solo traen destrucción.

España ha sido y lo sigue siendo, un país de grandes talentos…conozco algo de Ramón y Cajal…cuando estalló la Guerra Civil teníamos el mejor laboratorio en el campo de la Medicina de Europa, regentado por Gregorio Marañón, teniendo como colaboradores a Chucarro y Juan Negrín. En Psiquiatría López Ibor y los hermanos Nájeras. En Literatura, el más grande exponente Miguel de Cervantes Saavedra y su incalculable obra “Don Quijote de la Mancha”, Benito Pérez Galdós, Miguel de Unamuno, Miguel Hernández, Concepción Arenal, etc. El matemático, dramaturgo y político José Echegaray, primer español en ganar el premio nobel (1904). Grandes ingenieros, arquitectos, militares y demás.

A día de hoy los talentos siguen existiendo, pero desgraciadamente han de marchar lejos de España para desarrollar su potencial, visto que esta España no aporta para ellos las herramientas necesarias para su investigación y desarrollo.
Yo soy española, he nacido en España, pero siempre me he sentido Universal, las fronteras para mí no existen, seres humanos todos.
He conocido una España rica en agricultura y ganadería, bellos prados, hermosos arbustos, bosques inmensos, naturaleza salvaje por doquier. Era y siempre será un placer para mis sentidos tanta grandeza natural, mi nexo de unión con la Madre Tierra. Por las noches el firmamento se expresaba con todo esplendor dejándonos boquiabiertos.

Debemos hacer una reflexión:
Todos en mayor o menor medida somos culpables. La Naturaleza es maltratada ¿Quiénes vendieron, compraron y negociaron el pulmón del Mundo (Amazonia)? ¿Quiénes hicieron mover la tierra y rasgar los cielos para comprobar el efecto destructivo de la bomba atómica? ¿Quiénes queman nuestros montes y prados? ¿Cuántas veces en la mar y la playa hemos tirado botellas, bolsas, latas y demás basura?
La superproducción ha alentado a los agricultores a aumentar los fertilizantes, aun estando los cultivos en la proximidad del mar, a sabiendas que sus restos irían a parar al mismo.
El espacio está sucio (con tanto satélite) al mismo nivel que los océanos y la tierra en pleno apogeo de desertificación. El aumento de emisiones de gases de efecto invernadero ha
provocado el aumento de la temperatura del Planeta.
Todos estos datos son prevenciones de personas ejemplares de gran saber a tomar en cuenta (científicos, naturistas, etc.), cuestión que promotores y ejecutores han pasado por alto.
¿Quiénes cerraron sus oídos ante predicciones tan certeras?Personas con elevado índice intelectual (cuando ocupan cargos de responsabilidad) que han priorizado otras cuestiones de carácter más egocéntrico. Como vemos todo ha sido trabajo del hombre, con mayor o menor
responsabilidad. De ello podemos interpretar que nuestro comportamiento está lejos de ser lo bueno que debería haber sido.
Hemos recibido de Nuestra Madre Tierra lo mejor de ella: minerales, semillas, agua, plantas, animales, etc, y le estamos devolviendo su legado con contaminación, fuego, guerras y masacres. ¡Qué mal lo hemos hecho!
No hemos querido escuchar las advertencias del gran Félix Rodríguez de la Fuente y de su continuador Joaquín Araujo; los niños arrancan las flores de los jardines mientras sus
madres, tranquilamente sentadas en sus bancos hablan de modas y critiqueos, sin hacer nada por ello…….Los padres tampoco han querido leer y entender el decálogo que escribió Emilio Calatayud en su libro “Mis sentencias ejemplares” que en sus últimas páginas, establece un decálogo para no hacer de tu hijo un posible delincuente.
Siempre he creído y sigo creyendo, que cuanto más se sabe más responsable se es, y ante un delito, es de ley un mayor castigo; pero eso es lo que yo quisiera que fuese.

A lo largo de mi vida he tenido la oportunidad de dialogar o tramitar algunos asuntos, no importa el color de los funcionarios, pero he podido observar la falta de sensibilidad y
honradez de alguno de ellos. A mi escaso entender tenemos muchos políticos pero necesitamos más inspectores, y más cumplidores: tal vez me tocó lidiar con alguno de ellos.

Me parece vergonzoso que nuestros representantes se insulten en el propio Congreso. Ellos que deberían darnos ejemplo de ética y formación. No estamos en momentos de reproches. El Gobierno trabaja a pleno pulmón, dando una respuesta lo más acertada ante esta epidemia, que ha sobrepasado cualquier expectativa, y a buen seguro cometerá errores, como cualquiera los cometería en esta situación.
Me parece injusto que los Diputados tengan unos sueldos tan elevados y que muchos trabajadores y trabajadoras no puedan llegar a fin de mes con salarios ínfimos.
También quiero expresar, a quien corresponda, mi dolor ante las injusticias.
Me parece injusto que los miembros del Gobierno tengan unas pensiones vitalicias, aun ejerciendo después de su mandato en el ámbito laboral (son pocos los que renunciaron a esas pensiones vitalicias).
Considero injusto que bajo la palabra “aforados” sean exculpados de sus fraudes o errores.

Pido perdón por mi imprudencia, os hago saber que mi cultura es baja.

Soy María del Carmen Izquierdo Gallego, 84 años, ciega de nacimiento y actualmente también sorda, es decir sordo-ciega, madre, abuela y bisabuela.

Cartagena a 12 de Abril del 2020 (un mes de confinamiento)

DEFENSA DEL ÁRBOL. Nicanor Parra.

Por qué te entregas a esa piedra

Niño de ojos almendrados

Con el impuro pensamiento

De derramarla contra el árbol.

Quien no hace nunca daño a nadie

No se merece tan mal trato.

Ya sea sauce pensativo

Ya melancólico naranjo

Debe ser siempre por el hombre

Bien distinguido y respetado:

Niño perverso que lo hiera

Hiere a su padre y a su hermano.

Yo no comprendo, francamente,

Cómo es posible que un muchacho

Tenga este gesto tan indigno

Siendo tan rubio y delicado.

Seguramente que tu madre

No sabe el cuervo que ha criado,

Te cree un hombre verdadero,

Yo pienso todo lo contrario:

Creo que no hay en todo Chile

Niño tan malintencionado.

¡Por qué te entregas a esa piedra

Como a un puñal envenenado,

Tú que comprendes claramente

La gran persona que es el árbol!

El da la fruta deleitosa

Más que la leche, más que el nardo;

Leña de oro en el invierno,

Sombra de plata en el verano

Y, lo que es más que todo junto,

Crea los vientos y los pájaros.

Piénsalo bien y reconoce

Que no hay amigo como el árbol,

Adonde quiera que te vuelvas

Siempre lo encuentras a tu lado,

Vayas pisando tierra firme

O móvil mar alborotado,

Estés meciéndote en la cuna

O bien un día agonizando,

Más fiel que el vidrio del espejo

Y más sumiso que un esclavo.

Medita un poco lo que haces

Mira que Dios te está mirando,

Ruega al Señor que te perdone

De tan gravísimo pecado

Y nunca más la piedra ingrata

Salga silbando de tu mano.

martes, 7 de abril de 2020

ASUNTO NUESTRO

Hace tiempo que soy un gran perdedor. Me vanaglorio de ello porque cuando pierdo, pierdo de verdad. El sabor de la derrota es más intenso. No entiendo a los que ponen excusas.

El gobierno tiene todas las papeletas para perder, al parecer todo el mundo lo habría hecho mejor y antes; aunque suena temerario porque nadie ha estado en esta situación jamás. Es muy arriesgado hablar. Un ejemplo: Ayuso es la que solicitó la partida de material sanitario de cuyos aviones se sabe poco, y no el gobierno, pero el gobierno es el estafado y el que no se entera de nada. Por cierto, Inglaterra y una larga lista de países también han sido estafados. Esto pasa por delegar la producción de ciertos productos a grandes potencias como China, la principal productora de mascarillas, esterillas y satisfyer… ¿cómo iban a producir todo esto para el resto del mundo si la maquinaria china estaba confinada en casa? Deberíamos controlar parte de esa producción, se ha visto que no podemos depender tanto.

Se supone que el gobierno es en gran medida responsable de muchas muertes, ese no debe ser un peso ligero, tampoco soy capaz de empatizar. Empatizar es algo sobrenatural, tan sobrenatural que Word lo remarca como un error ortográfico, quizá no exista realmente el verbo. Lo que está claro es que España no ha sabido responder a tiempo teniendo a los vecinos espaguetis en aquél percal, sin contar con la “ingente” información de China y Corea del Sur… ¿Hablamos de Portugal? La vecina Portugal se ha anticipado bastante a nosotros, lo ha hecho muy bien. Algunas veces hay que hacer un ejercicio de conciencia de que están ahí, confinados al oeste, esos vende-toallas que hablan muy bien el inglés entre otras lenguas. ¿Necesitábamos las barbas de más vecinos? ¿Necesitábamos recordar que lo que le ocurre a otro no nos debe dar igual?
Lees un poco y entiendes por qué Asia ha controlado la expansión del virus: recortando las libertades de la ciudadanía, la cual “vive” en un Gran-Hermano. China dispone en sus calles de 200 millones de cámaras digitales de alta resolución que son capaces de reconocerte por los lunares de la cara, apps de geolocalización, etc. (Byun Chun-ElPais). Por cierto, ¿qué pasaría si nuestro gobierno impone un control similar? Espero que no suceda. Solo pensar en esa situación es deprimente, me dice un amigo.

España es grande, quizá no. A las 20:00 se aplaude y se escucha el Dúo Dinámico en los balcones pero no es porque España sea grande; se aplaude a unos determinados trabajadores como los sanitarios, cajeros de supermercados, etc. que están dando el callo mientras el resto está en casa. Ellos salvan vidas, nada nuevo, pero resulta que ahora lo hacen bajo insuficientes medidas de protección frente al virus y por lo tanto exponen sus vidas y las de sus familiares al volver a casa. Se escucha eso de héroes de bata blanca. Ojalá la valentía no saliese tan cara, como canta Sabina en su: Noches de Boda…. La valentía les ha salido cara a algunos profesionales. Hasta que no muere un familiar no entiendes por qué no puedes ir a La Manga en Semana Santa; hasta que no llevas 8 días intubado al borde de la muerte y acabas saliendo del hospital, no valoras a los médicos y resto del equipo que has infectado más que probablemente. Y aún así la memoria se borra rápido. ¿La empatía es algo sobrenatural? No es algo natural desde luego, pero se puede ejercitar. ¿Recordaremos que la sanidad se ha de cuidar, que es un bien en el que hay que invertir, recordará el sanitario que ha de luchar por sus condiciones laborales si el estado no lo hace por ellos, recordarán que aplaudían los que les aplaudían cuando llegue el momento? ¿Recordaremos a nuestros ancianos que se han quebrado como hojas secas en las residencias, esas personas por las que estamos aquí? En ocasiones por los que seguimos aquí, los que nos rescataron cuando no había un duro: las pensiones de nuestros mayores nos rescataron a muchos. Si los reyes magos son los padres, los bancos son los abuelos. ¿Recordaremos que hay un sector de trabajadores que de repente son esenciales, como las bolivianas que cuidan de nuestros abuelos, que muchas tienen contratos basura?, no olvidemos que a la vez que son esenciales son apestadas.

¿España es grande? ¿Pero qué es España? Dicen que los políticos son fiel reflejo de la sociedad.
Todo el mundo sospechaba que los políticos mienten, que interpretan un papel o que nos leen en alto, escritos de otros; que a veces tienen que tomar omeprazol antes de abrir la boca pero, ¿todas esas mentiras son necesarias en este momento tan delicado? Han pasado de decir verdades a medias a mentiras netas. Hasta que el virus no ha reventado, nada iba mal, hasta que no han reventado los hospitales, el virus estaba controlado por los sanitarios. Aunque tengo claro que hay mucha gente que no está preparada para escuchar ciertas crudezas, como son ciertas realidades. ¿Y la oposición, está valiendo para algo? Vale, pero tiene que poner la voluntad, presionar con ideas valiosas, si no lo hace es cómplice en negligencias del gobierno y ha de cumplir la misma condena. Porque todos tienen responsabilidad. Como dice Iñaki Gabilondo, la política no nos deja ser una masa unida por algo, aunque sea por la debacle. Los españoles estamos rotos, somos una familia rota de siempre: nos chantajeamos, nos vomitamos continuos reproches en vez de estar unidos en la adversidad, y eso es por la política y por lo políticos, porque cuando se faltan el respeto, de forma directa aunque “inconsciente”, hacen que nos faltemos el respeto; cuando dicen estupideces, nos hacen sentir estúpidos y así etcéteramente. Es patético ese cainismo que caracteriza al español, ése deleznable y hediondo revanchismo de los que no saben perder. Todo esto es patético. ¿España es grande? Desde luego la política no, creo que ha llegado el momento de exigir otra política. Exigir. De alguna manera. Política de altura.

Hablemos de prevención, de advertencias. Iker Jiménez advirtió, antes de que lo hiciese el gobierno ni la oposición, que el COVID no era asunto baladí. Lo llamaron y re-entrevistaron en un programa de radio. Antes de que Iker hablase, una tercera persona del programa y en directo se refirió a él como “el de los muertos” (ése es el nivel). Luego habló Iker y el entrevistador. Al tercero no se le escuchó más, supongo que por vergüenza torera al descubrir su nivel de cuñadismo y la solidez de “el de los muertos”; no obstante, ¿quién no es, aunque sea por deporte, un cuñado alguna vez?
Qué íbamos a prevenir si el poder económico no quiere la prevención: prevenir no hace dinero, no contribuye al valor de los accionistas, se necesita el riesgo, si previenes no vendes fármacos, pero si previenes evitas la destrucción del Amazonas, la destrucción de nuestro Mar Menor. ¿Qué va a prevenir Bolivia, Ecuador, o los refugiados de Lesvos? Como mucho cavar tumbas. Existen otras realidades. Hay lugares en los que la realidad es más cruda, lugares donde El Hambre mata mucho más que el coronavirus, pero esta vez nos ha tocado a Europa, al hombre blanco. ¿Recordaremos todo esto aunque sea a través de la muerte de los nuestros, recuerda alguien lo bien que se está sin dolor de estómago? ¿Recordaremos el cielo limpio de estos días, los cervatillos bañándose en la playa, recordaremos el Himalaya limpio de cadáveres y el agua cristalina de la Barceloneta?

En EEUU hablan de Pearl-Harbour, se refieren al problema en una jerga bélica que huele a alcanfor. El poder quiere convencernos de que existe un enemigo, pero lo único que ha hecho el coronavirus, más allá del dolor inevitable, es un tac-computerizado de nuestra sociedad enferma. Mucha capacidad para consumir Amazon, pero pilares tan importantes como la educación, la sanidad, la justicia e investigación, se encuentran escuálidos y tambaleantes. ¿Es lo que queremos? Es demasiado el opio que estamos tomando para no darnos cuenta.
Dicen que cambiarán muchas cosas después de la crisis. Cuando salgamos a la calle y nos miremos, ¿recordaremos algo?

“Sin progreso moral, no hay verdadero progreso” Markus Gabriel.

THA

viernes, 28 de febrero de 2020

El Blues del autobús // AutoBlues.

Ya está, he levantado las cartas
la baraja está quemada.
Salí de casa, es verdad
Pero llevo años en esta parada.
He visto los mismos coches
subir y bajar.
El humo del cigarro es parte
del cielo que se escapa.
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Dos mujeres bien vestidas pasan,
pero miro el culo de una tercera:
su culo es rellenito, más joven.
Las pijas me miran mal.
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Cuentan que un hombre subió a su autobús
y se estrelló en aquella palmera;
por el amor de Dios, qué os importa
si le miro el culo a la gorda!
Jódanse, o quédense
éstas son mis cartas
mi parada
mi autobús está al llegar.

THA