elefantes

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Note

domingo, 3 de diciembre de 2017

Viaje a través del olvido

A veces necesito una canción, una foto, normalmente me provoca nostalgia…
Me detesto en la debilidad, me gustaría aplastar aquellos recuerdos, como un tanque pasar sobre su esqueleto, olvidar.
Flaqueo, reconstruyo el pasado, yo que nunca he sido de vivir el pasado, atiende, si te llamo es para el futuro no por lo que pasó.
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El día era gris, caminabas delante de mí, llevabas un largo abrigo por el que caía tu pelo tremendo y amarillo// todo el día te comportaste de una manera extraña: me mirabas con ojos brillantes, reías y te movías como una niña… fue antes de que supiera que es lo que más adoro, demasiado antes.
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El edificio está abandonado, en la azotea sólo hay gaviotas; a veces acudo allí, vomito y me siento mejor, me doy esa licencia.
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VIVA LA MENTE QUE SUEÑA CONSIGO
LIBRE, CULTIVA JAZMINES Y ROSAS
SENTADA PULE LAS PIEDRAS CELOSAS
CRECE PACIENTE, SUPERA AL CASTIGO

RECONOCE AL ALMA COMO AMIGO
TUS PASOS LEVANTAN TODAS LAS LOSAS
HACIENDO AL CEMENTO CAMPOS DE TRIGO
Y OLVIDAS POR SIEMPRE A LA SIEMPRE HERMOSA

CAMINO LINDO QUE ACABASTE EN CIMA
ARISTAS FINAS DE UN DIAMANTE ROTO
COMPENSA HOY ESTA OSTENTOSA PRIMA

SENTIRSE AUSENTE DE TU ROSTRO Y VOTO
DONDE DIJE DIGO FIRMO DEVOTO;
NO GASTARE MAS "PES" EN ESTA RIMA.

THA

miércoles, 29 de noviembre de 2017

MEJORES

La libertad para la mujer es libertad para el hombre moderno/adelantado; en algún momento fluirá como un acto involuntario entre nosotros pero hoy no es así. Es difícil luchar por la libertad de otros cuando uno se cuestiona su propia libertad, cuando se atiende a otros problemas, más o menos reales, más o menos importantes... puede ser; también el individualismo/egoísta es pobre para el espíritu y al contrario, encuentras la mayor recompensa al ayudar a alguien, al escribirle una poesía, al encontrar la cura contra el alzheimer, visitar de sorpresa al abuelo... Muchos encuentran en ese gran o pequeño acto pero grande, la razón de su existencia, el motor que los lleva; sería maravilloso que la normalidad fuese esa pero hoy no es así; no obstante, yo veo que en algún momento fluirá como un acto involuntario. Estoy en la efervescente idea que "vivir" en un futuro mejor hará que llegue ese futuro. Estoy y lo he estado siempre.
THA

https://www.youtube.com/watch?v=VRF7nK2MtM8

domingo, 26 de noviembre de 2017

Despertar

Vagando un día por el océano de dunas que era su mundo, desplegó de sorpresa una vela y quebró las olas de arena que le hundían moribundo.

THA

domingo, 19 de noviembre de 2017

MIGUELITO ESNEIK

Haugen era un bocazas y entró al cuadrilátero con la canción de Born in the USA. No tengo nada en contra de Springsteen, tiene temas buenos…La culpa es de Haugen: podría haber arruinado al mismísimo Elvis Presley. Nació en Auburn, Washington, desproporcionado, mucha cabeza, poca espalda y unos ojos diminutos –dos puñaladas en la arena–. El retador Haugen calentó previamente la pelea con un trash–talking hiriente y Julio César prometió “hacerle daño”. El combate se celebraría en el Estadio Azteca de Ciudad de México, por el título súper ligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB).

20.02.1993. El estadio congregó a una masa encarnizada sedienta de sangre. Finalmente J.C. Chávez hizo aparición con su banda roja en la frente, ahuyentando así los malos espíritus. Hubo una décima de segundo de silencio, imaginad toda esa gente en silencio, entre focos amarillos y azules –instantánea maravillosa–, cuando la flauta del artista nacional Jorge Reyes comenzó a deslizarse mística sobre las cabezas de los allí presentes. Sólo una décima de segundo, luego el estadio se “vino abajo”.

En el primer round un certero crochet hizo al de Auburn besar la lona. La cabeza del americano bailaba a los puños de Chávez; la espalda de Haugen menguó, se disolvía sobre su columna: un efecto que vería después en Holyfield, segundos antes de caer ante un intratable Riddick Bowe…Cuando la espalda se consume, flojea, al boxeador ya no le queda mucho. El árbitro paró la pelea en el 5º round, victoria de Chávez por KO técnico.

La pregunta es, ¿por qué perdió Chávez contra Withaker, porque para mí perdió, o contra de la Hoya? ¿Por qué Manos de Piedra sucumbe ante Thomas H. y Alí deja de apabullar a sus rivales como lo había hecho contra Archie Moore o Sonny Liston? Yo no tenía la velocidad de Alí, ni el físico de Marvin Hagler, ni el gancho al hígado de Chávez, pero no debía preocuparme: sabía cuál era el denominador común del declive de todos ellos: la edad. La edad derrota al púgil. Yo tenía 20 años y el boxeo corría por mis venas como un huracán incólume.

Viajé a Los Ángeles, allí me esperaba la gloria. A pesar de que las apuestas daban al neoyorkino Emilio Vagnone como claro vencedor, no me amedrenté. Emilio “Boomb” Vagnone, sí, “The Bomb”; tenía golpes potentes, pero una vez se adentraba en el séptimo round sufría verdaderos problemas: su boxeo se volvía algo impreciso y demasiado lento. Llegaba con el récord de 25 victorias: 19 por la vía rápida del Knock Out, 0 nulos y 0 derrotas. 25–0–0. Explicó a los medios que yo no tenía posibilidad alguna, que los boxeadores españoles son malos, pero a mí sólo me poseía la idea de subir en el ranking y abrocharme el cinturón. Estudié a mi rival de forma enfermiza, una y otra vez: sus movimientos naturales, sus puntos débiles, sus golpes más peligrosos. Entrené hasta casi romperme y llegué a la pelea en un estado físico y mental excepcional.
Subí al ring y lo sentí: estaba preparado, tenía a todos mis héroes conmigo. Le arrancaría la cabeza.

En el primer round le borré el rictus de chulería, a él y al público, pues me habían vendido precipitadamente como un boxeador novel. En el segundo me tragué mi exceso de confianza con varios jabs y un directo duro que me abrió la ceja izquierda. En el tercer round dominó el neoyorkino y un gancho al cuerpo me dejó al borde del KO técnico [pero eso solo lo sé yo].

En el cuarto round conecté un gran crochet derecho, esquivé el directo del contragolpe y cargando con toda la cintura llevé mi puño hacia delante; el zurdazo resonó bastante fuerte en su mejilla; su protector bucal salió volando y alguien de su esquina exclamó: <>. Aquello desencadenó el alarido nervioso del público. Sonó la campana.

El pómulo de Vagnone se hinchó y yo insistí en golpear allí. Se abrió, sangró, dolía, se notaba demasiado que le dolía. Comenzó a esquivar mi jab desesperadamente. Me volví a confiar y una combinación suya acabó con un upper cut horrible a mi mandíbula. ¡OH! Gritó la grada. La mirada se me nubló y pensé en Joe Frazier; ¡cómo le temblaban las piernas al bueno de Smokin ante los tremendos golpes de Foreman! KEY OU, KEY OU, KEY OU, vitoreaba el público.

La gente se equivocaba, yo no era como Vagnone, yo hubiera expuesto el pómulo hinchado: amo el dolor y el sabor del límite…No, yo no era como él, o me tumbaba mediante un KO descomunal o no me iba a derrotar aquella noche. Continuó golpeándome, cada combinación era menos enérgica. Sonó la campana.

Sexto asalto: el neoyorkino volvió a sonreír burlón y espoleado por el graderío se abalanzó sobre mí desde el primer momento. Me llevó contra las cuerdas, pero noté que eran fuegos de artificio y sus puños no se clavaban en mi carne como al principio. Alardeando de técnica me lanzó una combinación vistosa, y blanda. Una segunda combinación igual o más blanda acabó siendo amonestada por golpearme demasiado abajo.

No lo podía creer, ¿me quería engañar, quería que me confiase o eso era todo lo que tenía? Encajó un jab y asintió con la cabeza. Encajó un segundo en la nariz y asintió. Se acercó y recibió otro, este más fuerte. Volvió a asentir y me retó con el guante a que me acercase, pero esperé porque el round era mío y necesitaba recuperar un poco. Se acercó nuevamente con la guardia muy abajo, recibió otro jab fuerte en el centro de la cara. Se los estaba tragando todos. Mis jabs duelen, muchacho, pensé. Ya no le quedaba vaselina en la cara, se acercó y me llevó a las cuerdas, comenzó otra combinación anodina, me zafé rápido entre pensamientos: Alí peleó contra caimanes y yo contra “The Bomb”: El farsante. Al combate lo bautizarían como; “La Gran Farsa”. Me ardía la idea, si bien, yo perdía por puntos mientras él se exhibía. Me fijé en que todas sus combinaciones acababan con un crochet de mentira así que lo esperé; cuando vino lo esquivé, contragolpeé duro en su pómulo abierto y una grave preocupación volvió a gobernar su rostro. Al chaval le dolía, vaya por dios. ¡Pero era boxeo! Lo que hubiera dado por tener el pómulo así, porque me atizase fuerte, porque me hiciera sentir algo. Me abracé a él y le escupí literalmente a la oreja:

–Eres blando, chico, ¡un maldito blandengue!

Él resopló, me apartó, puso cara de asco y ejecutó un errático uno-dos. Otro uno-dos al aire. Temía tanto otro golpe al pómulo que su boxeo se hizo descaradamente previsible. Amagué y conecté golpes en otras zonas; entonces descubría el pómulo y yo reincidía en la herida. Un directo a la mandíbula le hizo bailar semiconsciente, me lancé entero y debió hacérselo encima porque se arrodilló. El árbitro contó hasta ocho, se levantó y dio dos pasos hacia delante, como quien camina hacia un infausto destino. Al fin un ramalazo de dignidad, me dije.

Vagnone era la promesa neoyorkina y próximo campeón del mundo. Todos esperaban verme a sus pies con los ojos en blanco y su padre macarroni el primero; pero el Puccini más dramático apareció como una mancha negra en el corazón de sus sueños; ahora, que no había amado tanto la vida.
Titubeó sobre el tobillo derecho y con un golpe seco que sonó a hueso quebrado, lo anestesié.
El público maldijo entre dientes, excepto un sector que gritaba como si acabasen de ver la 50ª victoria de Rocco Marchegiano.

Gané 50.000 dólares y pronto me llamarían para que me dieran otra paliza. El equipo volvió a Madrid, yo decidí alargar un poco más mi estancia en L.A. La primera tarde alquilé un Ford Mustang negro y conduje hasta Santa Mónica.

Me tomé un combinado en el puerto y paseé tranquilamente por los canales de Venice. A ras del suelo, por la pequeña ventana de una casa baja se colaban las notas exactas de un piano. Me asomé: una chica jovencita hundía con delicadeza las teclas, ante la presencia de un hombre. Ella vestía un mono vaquero y él: camisa blanca, tirantes y pantalón gris. Me senté en el suelo dejando a mi derecha el ventanuco; saqué un céntimo de dólar, lo chasqueé con mi pulgar y giró en el aire emitiendo destellos metálicos. Pasó un rato y la música cesó. El sol se escondió tras una nube y la luz de anís descubrió un tímido hematoma en el dorso de mi mano izquierda. Escasos segundos después se abrió la puerta de la casa. La pareja me miró extrañada desde el umbral. Se despidieron con un beso rápido en los labios. La chica se cruzó conmigo y me miró.

–Hola –saludé. Ella redirigió su pequeña nariz hacia delante.

Sus rizos de azabache muellearon y yo tuve que respirar inmerso en un fuego repentino. Amagué seguirla pero advertí que el profesor de piano caminaba hacia mí. Comprendí lo violento de la situación y en un esguince tomé la dirección contraria. Pasé por delante del hombre que me miró fijamente. Yo también le miré. Memoricé el número de la casa. Número 7. Anillo de casado. Doblé la esquina y miré la hora. Corrí, doblé la siguiente esquina de la manzana. Advertí los zarcillos negros a lo lejos y los seguí. Rápidamente busqué información en internet: Mejores pianistas de la historia. Casi todos eran rusos y uno destacaba por encima de todos: Sergei Razzmaninov. Suficiente. La seguí unos 15 minutos hasta que entró en un bar.
Y ahora, qué, me pregunté. Me miré en el espejo de un coche, mi cara había pasado por mejores momentos. Dejé de pensar, mi mano alcanzó el pomo y mi cuerpo cruzó la puerta.
El bar estaba lleno de gente, miré a un lado y a otro sin éxito. Decidí tomar asiento en la única mesa vacía.

– ¿Qué es lo que quiere? –Me preguntó la camarera. Sin prestarle atención continué sondeando el bar y respondí:

–Ron –La miré y era ella. No la había reconocido. El pañuelo de su cabeza ocultaba sus rizos–. ¡Espera! –Saqué mi móvil y le enseñé el titular: Miguel Benítez noquea en Los Ángeles–, mira, soy yo.

–Me alivia que me persiga un bruto boxeador.

–No soy bruto, ni siquiera en el ring, hasta eso lo hago bonito –dije apartando la mirada–. Tráeme ron, por favor.

Sé que me volví sombrío un instante, me revolvió lo de bruto. Me levanté y fui al baño. El lavabo era común y estaba desprovisto de puerta principal. Me miré al espejo; sí, la ceja tenía mal aspecto, el labio superior estaba levemente inflamado por el lado izquierdo, el ojo derecho sufría un pequeño derrame pero poco más. Ella pasó por detrás y me vio tocándome el colmillo.

–No estás tan mal –dijo.

–A mí me gusta hasta el lunar que tienes encima del labio, aunque dentro de 20 años se convierta en algo horrible –le dije a través del espejo. Miré su mano, sus uñas pintadas de blanco se hincaban en el marco. Me di la vuelta y continué–. Un bruto no habría reconocido que lo que tocabas esta tarde era una pieza de Razzmaninov.

–No era Razmaninov –dijo con los ojos brillantes.

–Lo suponía, pero debía intentarlo –salí al paso–, es lo único que he podido mirar por internet mientras te perseguía.

–Bruto –dijo desapareciendo por la puerta.

Terminé de lavarme las manos y volví a mi mesa. Bebí la mitad del ron de un trago. Ella no llevaba anillo, sin embargo el hombre de la casa nº7 sí. Comencé a darle vueltas al asunto pero pronto se introdujo en mi cabeza otro pensamiento: ¿cómo te confiaste tanto en el segundo asalto, por qué? Removí el vaso e hice sonar los cubitos. Aquél directo era pan comido, nunca debió alcanzarte, ¿y si comienzas a sangrar como un cerdo? Vagnone te ha marcado la cara, pensé al verme reflejado en la copa... Cualquier día Vagnone le habría marcado la cara a Joe Louis. La rabia me corroía, me sentía patético.

– ¿Podrías servirme otro ron? –Espeté a la camarera en la distancia.

– ¿Todo bien? –Me dijo con un tono de preocupación.
Vaya, lo había conseguido, y sin que fuera premeditado. Simplemente había que prestarle menos atención.

–Pensaba en el combate –respondí lacónico.

–De donde vengo, Tijuana, hay pasión por el boxeo –dijo mordiéndose el labio. Tenía una pequeña mancha blanca en la paleta izquierda. Sus dientes eran pequeños.

–Cuna de boxeadores –respondí– “Terrible” Morales, el tornado de Tijuana. –Di un trago, apoyé el vaso en la mesa y continué– El Tornado ganó una pelea hace poco, con sus 200 años. Hasta tenéis una campeona del mundo, bravo.

Ella sonrió, apoyó el pie en el asiento de la silla y descubrió un tatuaje en el tobillo: dos guantes de boxeo, la palabra Tijuana y una frase que rezaba <>. Volvió a la barra, habló con su compañero y me miraron. Les guiñé el ojo con la ceja mala y me acordé otra vez del humillante directo de Vagnone. No debía beber más, comenzaba a ponerme nervioso.

Alguien me tocó la espalda. Se trataba de un tipo de nariz roja, alto, pelo casi amarillo y camisa de cuadros. Se notaba que iba chispado, como la mayoría que estábamos allí. Me golpeó con el dedo en el pecho y exclamó:

– ¡Mígue Benitesss! –dijo a un palmo de mi cara. Se giró, llamó a alguien y una mujerona vino hacia nosotros. No estaba nada mal la chica. Yu, Yu, me decía la americana mientras apretaba mi brazo. Saqué bíceps y la rubia emitió un alarido, nariz roja me abrazó y otro borracho nos hizo la foto. Detrás de la barra, la joven pianista se reía con los comentarios del compañero.

Más tarde se abrió la puerta y apareció el hombre de la casa nº7. Fue directo a la barra y le dijo algo al bombón rizado. Ella negó con la cabeza y el profesor casado propinó un manotazo a la madera. En un acto reflejo respondí golpeando mi mesa con la copa, nadie pareció escucharme. Ella abrió la trampilla de la barra, salió, lo cogió del brazo y se lo llevó fuera. Les pedí un cigarro a la pareja que tenía enfrente pero no fumaban. El camarero se percató, se acercó y me dio uno. Salí fuera y esta era la escena: Nº7 la tenía agarrada fuertemente por la pechera y ella lloraba y repetía algo en inglés. Mi sola presencia relajó a nº7 que dejó de agarrarla de aquella manera. Mejor para él, pensé. Me miró y me dijo algo. Yo no entendí nada; jutar yu... jutar yu… Apoyé la espalda en la pared lentamente, sin apartarle la mirada. Golpeé la rueda del mechero y la llama salió rugiendo. La primera calada me hizo toser y la segunda entró como un guante. Nº7 subió a su coche, encendió las luces y se marchó levantando una gran polvareda tras de sí.

–No se puede tener todo en esta vida –sentencié en alto como si conociera con exactitud toda la historia. Ella se acercó, sacó un cigarrillo y se lo fumo en silencio.

–Gracias –dijo al terminarlo.

–No hay de qué –respondí.

–Me llamo María –dijo hundiendo su mano diminuta en la maraña de espiral.

–Me encantan tus rizos, ¿sabes? –Dije imbuido en el vaivén de la mata negra.

–Gracias –repitió.

Pasamos dentro, pedí otra copa de ron a María. Mientras me servía, apoyó su mano en mi espalda y me preguntó si me iba a beber todo el ron del bar. Respondí que la última copa con ella. Me miró un instante y luego al infinito, definitivamente pensaba en algo que no me convenía así que seguí hablando:

–Vamos a hacer un trato. Me marcho, vuelvo con mi coche, te doy las llaves y me llevas donde quieras –dije yendo a por todas, así hay que ser cuando te quema el pecho.

–Acepto, pero con todas las consecuencias –dijo María.

–Trato hecho –respondí incrédulo.

– ¿Con todas las consecuencias? –Insistió. Me levanté. Ella sonreía y sus ojos negros vibraban brillantes ante los míos. Contuve la sangre para seguir callado, para no tocarla, pagué y nos despedimos en la puerta.

Una hora más tarde salió del bar vestida con su mono vaquero, me acerqué y le extendí las llaves del Mustang. Se encendió un pitillo, sus labios carnosos lo rodearon y yo sentí que un fuego calcinaba todas mis vísceras. Me llevó a su casa. Vivía en un edificio de color limón y ventanas blancas.

–Quédate aquí, en unos minutos estoy de vuelta –dijo saliendo del coche con agilidad.

A la media hora regresó y trajo consigo dos bultos: una maleta y un transportín. Nos presentó. Hank, Miguel. Miguel, Hank. Hank era un gato negro de unos 9Kg aproximadamente. Hank, al escuchar su nombre, abrió sus ojos naranja caqui y me miró a través de la reja, luego olisqueó el mustang, agachó la cabeza y se durmió.

–Ahora vamos a tu casa a recoger todas tus cosas, nos vamos de esta maldita ciudad –dijo, y yo recordé lo de: <>. Y así lo hicimos: subí al apartamento donde residía y recogí mis cosas. Al volver al coche la encontré llorando: María odiaba L.A., al profesor de piano y a sus falsas promesas de dejar a su mujer.

–No la dejará nunca. No tiene valor. Jugó conmigo –decía agitando los cabellos de izquierda a derecha mientras se precipitaban dos ríos de lágrimas por sus mejillas.

–Que le follen –dije.

–Maaau –respondió Hank.

– Eh, mírame. Tú eres una tía buena –dije aplastando con el pulgar una lágrima que cruzaba su cara–, una Maríavilla –dije en barítono e imitando el acento mexicano–. Te voy a comer. Empezaré por esos pies diminutos y así hasta el último rizo.

– ¿Como una serpiente? –preguntó en un tono de niña. Le saqué la lengua e imité al reptil. Estuvo rápida, atrapó la punta de mi lengua entre sus deditos y me dijo–: No me saques la lengua, Esneik. –Retiré su mano y la besé en los labios. Su cuerpo se contrajo y se escapó de él un quejido breve de placer. Me separé de su cuerpo caliente y arranqué el coche. Destino: Chicago.

Cuando conoces a alguien normalmente te vomita desde el principio toda su mierda. ¿A quién le interesa? Te cuentan lo mal que lo han pasado con sus parejas anteriores, sus traumas familiares, etc. ¿Por qué? Rompen un momento en el que puedes fluir con toda la naturalidad de tus virtudes, con la belleza del error inocente; pero no, aquí está mi fango, que conste desde el principio; hola buenos días, mi nombre es Fango y mira cómo apesto. El otro día subí a un taxi. No inició la carrera y ya me explicaba una anécdota de manual: “Llevé a una rubia al aeropuerto. Al llegar le dije: son 20 euros, chica. ¡Y sacó un billete de 100! ¿Te lo puedes creer? Yo no tenía cambio. Fue un problema sabes, fue un problema”. –Vaya. Respondí yo. Cuando en realidad tenía que haber respondido: Vaya historia de mierda, taxista. Has roto la magia que había entre nosotros.

María se rehízo de sus lágrimas y no volvió a hablar de nº7, ni de otra pena, yo tampoco lo hice y tenía noventa millones de penas así que nos portamos bien. Alguna magia nos había metido en ese Mustang negro y nos lanzamos a 200 por hora, el uno contra el otro.

Dormimos en un motel de carretera. La primera vez que me vio desnudo se asustó. Yo soy bastante grande en general y pensó que tendría problemas con el tamaño, pero en absoluto. Fue fantástico, Maríavilloso. ¿Cómo coño iba a ser de otra manera si teníamos 20 años?

No sé cuántas veces follamos, nuestros aparatos estaban hechos pedazos. Yo tenía la verga muy inflamada y de mi botiquín saqué una jeringa, cargué corticoide y me lo pinché en el culo, en ese momento contemplé al espejo la estampa y reí a mandíbula batiente durante dos minutos de reloj. La última noche sólo nos abrazamos.

Llegando a Chicago me llamó Eduardo Kohrmann, mi entrenador. Por lo visto Iron Mike había hablado de mí en una entrevista:

–Ya ves, el hombre más malo del mundo hablando de ti. ¿Quién lo habría dicho? –Dijo Kohrmann con la voz excitada–, lee cuando puedas la entrevista, léela Miguel. Algo más, peleas contra Levon Margaryan en dos meses, en el Madison Square Garden. María buscó la entrevista en su móvil y la leyó en alto. “Puede conseguirlo. Es un claro aspirante, pero no voy a decir qué es lo que necesita para ser campeón. ¿Te digo cómo se hace una buena mamada, Rick? ¿A que no? Porque no me interesa, porque me gustan las mujeres. Pues esto es algo así. No quiero un campeón español, prefiero alguien de aquí” Y continuaba con lo típico: que yo no le habría aguantado un round, que Vagnone no fue suficiente, etcétera, etcétera… También dijo que soy bueno, que golpeo duro y tengo una técnica que recuerda al Asesino de Easton.

Conocía a Levon, su cuero cabelludo se repliega horriblemente dejando calvas entre líneas de pelo negro. Un boxeador duro con cara de mofeta, podía golpear fuerte durante 20 asaltos. Cuando me di cuenta llevaba un rato hablando a María del armenio y la encontré triste. Ya habíamos llegado. Era de noche y nos despedimos con un abrazo. Antes de entrar al coche la miré: se alejaba, su sombra se encogía bajo sus zapatos. Cruzó por debajo de la farola ambarina, antes de doblar la esquina miró hacia mí un segundo y desapareció.

Comenzó a llover. La primera gota cayó en el medio de mi coronilla; ello provocó un respingo que contrajo todo mi cuerpo // una hoja seca pasó veloz a mi lado repiqueteando la acera desierta y me asustó; pensé que se trataba de una rata // el viento movió la rama de un árbol que laceró aún más mi ceja, y agitó un matojo que se asomaba bajo la verja metálica y volví a asustarme: parecía la garra de un esqueleto. Subí al coche. La mexicana me había vuelto loco; sufría una enajenación transitoria, una fuerte cruda como diría ella. Pensé que no volvería a verla y comenzaron a temblarme las manos. Encendí los faros y arranqué el Mustang.

Sabía lo que tenía que hacer. Todo lo que necesitaba estaba en el maletero. Hay personas que devoran toneladas de chocolate, otras que se van de putas, otros que beben litros de whisky… Mi antídoto estaba en el maletero.

Paseé por la ciudad hasta que vi uno abierto. Aparqué. Fui al maletero y saqué la bolsa de mano. Entré. Fui al mostrador y chapurreé al chaval. Abrí la bolsa y le enseñé su contenido. No problema, dijo. Bajé unas escaleras y ante mí se abrió una pequeña habitación. Sobre el linóleo verde no había nadie, sólo yo, y el saco azul colgado de una viga negra.

FIN-THA

lunes, 13 de noviembre de 2017

Mi amigo Satán (breve homenaje al tema fetiche de Sabina)

Eres joven, ya cambiarás. Son delirios de grandeza, vanidoso-tonto... Todos se creen con talento pero sólo los elegidos se ganan la vida así. Puedes romper otro vaso contra la pared, sentirte más joven de lo que eres, eso es, saca músculo... mira a ése, ése sí que es una maravilla... tú no eres guapo, eres joven. Crees que eres diferente al resto, que jamás han hablado así antes, es sólo un pequeño pulso de hormonas; votarás a la derecha en unos años, te gustarán más jóvenes, luego más jóvenes, luego te gustará todo, entiendes, de cabo a rabo. Mañana te irás pronto a la cama agobiado porque el despertador suena estridente a las 6am. Mañana eres carne de tedio, ser monomorfo y harapiento, de 6 a 18, ¿dónde está tu talento?
Yo fui como tú hace mucho tiempo así que lee el futuro; sin embargo, hoy me pillas de buenas, si me das lo que quiero puedo explicarte cómo funciona todo.

THA

https://www.youtube.com/watch?v=NX4beZd1MBc

domingo, 22 de octubre de 2017

Cosas que no cambian


La ferocidad escondía un corazón vulnerable
Pero un día acaba eso de ser feroz.
Hoy puedes venir donde siempre y matarme
Mi dulce derrota es sólo para ti.
____________

El corazón vulnerable escondía un ansia feroz
Pero un día acaba eso de ser vulnerable.
Hoy puedes venir donde siempre y hablarme
Mañana puede que la trampa no funcione.

THA

https://www.youtube.com/watch?v=iSjQa7FmKNo

miércoles, 18 de octubre de 2017

Cartagena

Hoy es un día raro al sureste de la península. Llueve. Al filo del ocaso aparece el sol: grande, pulido metal de ámbar, golpea la ciudad a ras y convierte en oro la fachada del viejo Hospital militar donde nací, los dátiles de las palmeras, la corona radiada del cardo austero, la espiga agitada de las cañas de la rambla. Nada es de aquí, ni yo si quiera.

THA

martes, 17 de octubre de 2017

Racionamiento

Sentados a una mesa hay 10 personas. En la mesa hay una botella de agua fría y fuera de casa hace 40 grados. Para ser higiénicos se sirve el agua en vasos de cristal. Una repartición rácana consigue 6 vasos con agua. Los allí presentes se miran y tras un breve silencio alguien apunta:
–Yo he llegado el primero –asegura solemne el tipo de barba cerrada.
–Yo os he traído en mi coche –dice otro.
–Es solo agua, hombre, no nos vamos a pelear por un trago de agua, ¿verdad? –Dice el negro–. Si fuera ron…
–Lo podemos echar a suertes –añade la risueña pareja del fondo.
–Maldita sea, ¿a suertes? –Dice el barbudo golpeando el canto de la mesa–. Sería injusto. Como vosotros habéis llegado los últimos…
En ese momento la chica joven de camisa vaquera se echa un vaso de agua helada al coleto y exhala:
–Aaah, qué buena…
La gente se levanta y la rodea. Ella alza las manos y pide perdón. La sorpresa es que en la mesa ya sólo quedan 3 vasos con agua. La mujer de camiseta verde asegura que otra es la culpable y acto seguido se agarran del pelo pero, en ese momento alguien ha tirado el resto de vasos al suelo. El estallido del cristal serena a los 10 que toman asiento nuevamente.
Sentados a la mesa hay 10 personas, irreconocibles. La botella de agua suda vacía y fuera de casa hace 40 grados.
THA

jueves, 5 de octubre de 2017

Mil Años

Tierra de nadie
así debería ser
nadie en la tierra.

THA

viernes, 15 de septiembre de 2017

EL HOMBRE ANTIGUO Y LA TIERRA DE POR MEDIO

El problema de los españoles como yo es que os sentimos hermanos y por consecuencia os tenemos cariño, respeto y haríamos lo que fuera si estuvierais en peligro: amor en definitiva. Si el pueblo catalán resuelve no sentirse español, no hay más que hablar: se amputa y listo, esto pasa hasta en las mejores familias, todos los días, lo que no quita que la situación me de muchísima pena. No sé por qué, hoy he visto claro que tras la separación, la brecha se hará cada vez más grande y celosa en el tiempo (hasta quizá en el mío); también me doy pena porque lo que siento es un apego patético al no ser correspondido; no obstante, cuchillos más grandes llevamos clavados, ¿verdad?
Quizá sea todo patético y vetusto, eso de sentirse hermanos bajo una bandera, quizá basten mil años para que desaparezcan (las banderas). Mirando al futuro, la impresión -mía, inexacta pero mía- que me da es que la segregación es un paso en falso.
Si al final acabamos lejos, las partes no han de olvidar que todo ha sido fruto de valores que nada tienen que ver con la fraternidad, el sentido común ni la inteligencia; sino con la codicia, la ignorancia, la zote prepotencia de terceros (que jamás se han sentado a comer con nosotros en la mesa) y elementos tales que no entienden de fronteras pero sí de carne.
THA

sábado, 5 de agosto de 2017

Túnel de cemento

A veces soy todos los ojos y atravieso el mundo. Encuentro facilidades en ese torbellino caleidoscópico. Hay otros días que controlo la hora, miro el calendario y pienso en mi.
https://www.youtube.com/watch?v=Jn3-_H3zThs

sábado, 29 de julio de 2017

Summertime

Recuerda aquellos veranos que decíamos a nuestros papás que íbamos a James Town, pero en realidad nos desviábamos a río verde, al motel rosa, donde pasábamos días enteros mirándonos al espejo del armario, ése que nos dividía el cuerpo a su antojo y que emitía un triángulo de luz desolador. Todo el mundo sabía que íbamos allí, a nadie le importaba. Recuerda aquellos veranos, porque han sido lo más extraño y maravilloso de mi vida.

https://www.youtube.com/watch?v=0Rr_6VNF2To

Dancing in the night

Entré a un sucio antro de Queens donde no había más que una cortina roja de terciopelo y un pequeño escenario al fondo a la izquierda. Este hombre subió y su voz envolvente revotó en el tabernáculo deshabitado. Sólo lo vi yo, pero podría haber sido peor.
https://www.youtube.com/watch?v=1ClWQxaeELY

lunes, 17 de julio de 2017

Tu Cruz

Solo te pido un punto de luz que me haga salir de la fosa que nos separa, por un momento superar mi odio y abrazar la cruz que has levantado con leyes de otros, leyes que no son las nuestras, leyes equivocadas y por eso no puedo. Me clavaría en un tablón delante de ti para que me vieras así el resto de tus días, pero soy fuerte y dejaré que la vida caiga por su peso.

THA

domingo, 2 de julio de 2017

NEOPUNKISMO

El eructo y la risa final resume muchas cosas. Blitzkrieg, cuando nuestros índices eran espadas y la noche un puto secreto. ¿Hay algo mejor que ser un salvaje si el cuerpo te lo pide? ... ¿No te gusta romper las reglas que te tienen el cuerpecito circunspecto? Y no me refiero a conducir 10km/hora arriba de lo permitido... El mundo no te pertenece, eso son chorradas antiguas procedentes del paleomoderneo de "hoy"... tú le perteneces al mundo: cuando no te ríes ni eructas, cuando no sacas los cuernos, cuando no gritas de alegría o no te marcas un: ¡cállate ya, joder!
El otro día salí solo y mientras bebía, dos chicas de unos veinte años se acercaron a pedir a la barra. Coincidimos algunas miradas, nos sonreímos... bailaban que te cagas y estaban perfectas... Pero una de ellas se hartó porque yo iba a mi rollo y previo codazo le dijo a la otra:
-¿Dónde están los tíos hoy?
-En telecinco -le respondí. Y después eructé.
¿Se puede tirar peor la caña? Quiero decir, yo era patético con 16 años, vamos, mi caña no tenía ni anzuelo. Lanzaba el trozanco de madera y donde cayera... pero me esforzaba como un animal en hacerlo cada vez mejor.
El mundo está muy lejos de todas las modas de hoy, la velocidad es tal que eres culo, cara y culo a la vez; obsoletos, dentro de poco, nada será como hoy, objetos cuánticos-cara-culos, ¡disfrutemos todos!
Atrévete a soltarlo, a vivir también visceralmente... El paleomoderneo no te va, te ha desintegrado y conglomerado después en una masa preciosa y patética. Deja de ver películas: no es cáncer de pulmón, es la sandía de hace 5 minutos...
Privilegiado, estás perdiendo un tiempo punky valioso. Te estás perdiendo la blitzkrieg de cada instante. El neopunkismo ya está aquí....otros lo llaman Carpe Diem... Bente que te Bomite a la Kara toda la furufalla, todos mis pétalos de rosas.

https://www.youtube.com/watch?v=TMm0nt_ANIA

miércoles, 28 de junio de 2017

EL ANCLA

EL VIENTO SOPLA
PERO LA BARCA NO SE MUEVE
LA MADERA SE HINCHA
LA PINTURA PALIDECE,
DÍA TRAS DÍA.

A LO LEJOS VEO TU ORILLA
COLMADA DE PALMERAS
-ALLÍ NACÍ, TRAS EL RISCO DORADO-
Y EL NEGRO FONDO DEL MAR
DONDE BUCEO DESNUDO
LAS NOCHES DE LUNA LLENA.

THA

viernes, 16 de junio de 2017

Sueños

Caminábamos de la mano por el asfalto azul, la calzada era muy ancha. A ambos lados la llanura quedaba delimitada por montes de palmito, tomillo y cardos; a lo lejos vi a un puma cazar una liebre pero no te creíste el invento. Tu pelo de zarcillo se encrespaba anunciando nuevos horizontes. El cielo no llegó a cubrirse y entre grandes claros comenzó a llover delicadamente; en cada golpe de viento, las gotas ascendían en círculos brillantes sobre nosotros, y al caer convertían el asfalto en un manto parpadeante. Sonaba un reggae antiguo que hablaba de un Agosto dulce pero moribundo, movías la cabeza y decías que todo era perfecto, a lo que añadí: “claro que sí, es cosa mía todo esto”. En la playa fuimos leones ignorantes de toda pereza, y en el mar fuimos del Sol, todos sus reflejos.
THA

https://www.youtube.com/watch?v=Jyrev1RPw7Q

miércoles, 14 de junio de 2017

Amo de sus recuerdos

Humo de los días eternos, hoy toreo vuestra sombra afilada: vuestra sonrisa y besos, el tacto silencioso de vuestro pelo, el perfume lejano de vuestras casas... 
Ya nunca seremos hombres, eso lo sé, sólo puñales hundidos en la carne de la emoción. En la congoja del tiempo encuentro la satisfacción de que sois míos para siempre. Joderos.

THA

lunes, 12 de junio de 2017

Imagen especular

Si en la noche sientes una suave y profunda caricia en la sien
No soy yo.
Si al despertar buscas nuevos recuerdos y hallas desamparo
Así será para siempre.
Si al espejo encuentras tu flor convertida en sierpe venérea
Retuércete atroz,
Alma libre y fugaz
Enemiga del antídoto
Opio, amapola-devorasoles
No escuches la envidia de los hombres, monstruo, el mundo es tuyo, si bien podredumbre...
Y cuando seas pellejo y encía, contera de tu látigo, en una esquina abrazarás la muerte, recogida, poco a poco, como yo lo hice hace mucho tiempo en la sima brutal de tu silencio.
THA

viernes, 2 de junio de 2017

Ser mejor

Buenas noches, desde la colina más alta.

Él siempre está ahí, lo intuyo, me mira penetrante; tras los barrotes negros en la noche, no se ve nada; tras los barrotes no necesita esconderse, está a salvo de mí, inalcanzable pero, se adueña de mi alma. Él calla, su garganta -pozo insondable de estrellas monstruosas- se abrirá mañana, tras los barrotes negros. Raja sus labios y derrama su licor sobre mis sueños, delante de mí, peor que un lobo.
 
https://www.youtube.com/watch?v=7REvGm-DGxU

martes, 30 de mayo de 2017

Amor, el arma secreta

Brillaste como el latido de un mar de amapolas, madre, yo lo vi.
Yo -horrible ser perfecto- nadé a la deriva de tu universo rojo y titilante.
Después me arrojaste al domo azul sabiendo que habría de caminar sobre su poso de ratas.

Mas no temas, el día del homúnculo roto llegará, madre, lo he visto. En la oscuridad conspira constante.
Contrahecho, bajo un océano de sol, escalará impertérrito la montaña de cadáveres; en la cima sonreirá como yo sonreía entre tus brazos, todo beldad, y la más ramera de las arquitecturas hallará el mismo infierno tras su muerte.

THA

martes, 25 de abril de 2017

Amar en tiempos de hoy

Si con un verso hubiera de destruir al mundo,
utilizaría tu mazazo de amor y cordura
tu beso corrompido de eterna ternura
retazo de ayer de un presente rotundo.

THA

lunes, 20 de marzo de 2017

Acuérdate de mí cuando llueva de noche

Hay una luna incrustada en cada farola
alumbrando el vientre de cada leve gota:
virutas de mercurio de una sola cara.
Así llovía en mi ciudad, porque en ese momento la ciudad era mía, y solo mía. Barcelona.
THA

viernes, 17 de marzo de 2017

El ETERNO DESPERTAR

Podrías haber percibido las cosas de otra manera; podrías verlo todo a ras del suelo si fueras una hormiga, todo a cámara rápida, hasta que te partiera por la mitad un saltamontes; podrías haber sobrevolado el cañón del colorado con una visión prodigiosa, en silencio bajo el Sol. Un día desapareceremos, pero la vida acaba siempre brotando. Un día volverás y quizás lo veas todo de otra manera.
THA
https://www.youtube.com/watch?v=yjoPWxmOCtc

Día 43001. Diario de un extraterrestre.

Hoy ha llegado correspondencia. Bajo a la cafetería, me siento al lado de mis vecinos José Manuel y Juan Antonio, conversan. 
–Él vive sólo, ¿entiendes que use el ambientador después de ir al water? Es ridículo –dice J.A.
–Ah, claro, entiendo –responde J.M. apurando la cerveza–. Pienso igual de la gente que camina bajo los balcones cuando llueve.
–Pero eso es normal. J.A. gesticula, le resulta todo demasiado obvio.
–Am,… ¡No! No si lleva paraguas –dice J.M. pensativo–. Molesta a los que no tienen. Aunque si hay charcos cerca y un coche puede salpicar…
El ser humano es la especie más interesante que he conocido. Me coloco las gafas de sol y en los cristales leo la carta: notifica el cese de mis funciones en La Tierra, lo que aquí llaman jubilación. Se me informa de dos posibilidades: regresar al planeta o quedarme. Si me quedo moriré en 10 años, si regreso a mi planeta viviré aproximadamente 100 más, recluido en una cárcel residencial junto al resto de exploradores contaminados, y nosotros no somos tan divertidos. He de ponerlo todo en una balanza.   
Anoche declaré mi amor a Amy Winehouse: “te quiero” –le dije en un sueño–. “No me abandones”. Algo absurdo, se sabe que mi especie no experimenta dichas emociones. Y luego tuve sexo con Marilyn Monroe, a plena luz del día: paseaba por una calle angosta de Río de Janeiro cuando la vi, segundos después empujaba al icono contra la pared. Te quiero, repetí. Marilyn abrazada a mi cuello, rodeándome con sus piernas: sé que muchos y muchas me tendrán envidia. Amor, sexo con un humano, sueños locos. ¿Estaré convirtiéndome en uno de ellos? Hoy no sé distinguir la experiencia real de la onírica, estoy confundido.
–Polvo eres y en polvo te convertirás –dice Juan Antonio. Brindan por su salud.
Tardes atrás ha llovido barro del Sáhara, en él he encontrado restos pretéritos de vida: humanos, plantas, búfalos e incluso vida inteligente no terrícola. No sé si se referirán a eso. Cuando entiendan que la vida acaba brotando siempre… el tiempo habrá sido derrotado, el miedo a la muerte, el fin del fin.   

THA

Autotimo

¿Sabes por qué los 30 son los nuevos 20? Ah, ¡yo sí! Y no es una cuestión física (mecachis), ni un truco matemático, ni tiene que ver con la energía vital (oh, jódete, tampoco era esto), tiene más que ver con la madurez mental. ¿Estaremos retrocediendo para coger impulso? Quizá sean demasiadas preguntas. WoW. Buenas noches misantrópicas.
THA
Listen & Fak You https://www.youtube.com/watch?v=sYxvY7N4bDo

Y tú, ¿qué hubieras hecho?

Un meteorito cayó en el cementerio y esparció los cadáveres por toda la ciudad. En medio del caos -eran cientos de cuerpos hediondos- él sacó el saxofón y comenzó a tocar. Los cuerpos cobraron vida e hicieron lo que habían hecho siempre: tomar café y poco más.
THA
https://www.youtube.com/watch?v=qK2hwkOHNKI

miércoles, 8 de marzo de 2017

Feliz 8M, día Internacional de la mujer

-Está muy bien que ayudes a tu madre -me grita una señora desde la calle mientras recojo la ropa. En el primer tren Cádiz-Jerez, el domingo 5 de Marzo, 4 imbéciles disfrazados de Superhéroes asediaban soeces, desde sus asientos, a dos chicas jóvenes que se limitaron a guardar silencio hasta que Superman y Supercapullo cerraron la puta cloaca... Con ellos se sentó después alguien mayor -de mi edad probablemente- con su pareja. El pavo comenzó a decir en alto "es que son unas pesadas", la novia le miraba atónita, pero no decía nada, su cara de circunstancia era el reflejo de una puñalada roñosa en medio de su sexo. Yo me miré: mi disfraz era de pollo; pienso en la edad media; ellos siguen hablando de lo pesadas que son; imagino las paredes de mi estómago y una llaga brillante se abre, mi cara sin paletas, mi nariz pegada a un pómulo... Ante la premonición, resuelvo abandonar ese vagón. Se apean en el Puerto Santa María y me apena que no pueda bajar la ventanilla para cagarme en su puta madre. Son solo chavales; sin embargo, bajo sus disfraces ya se halla la marca del fracaso.
Y con esto, hoy, dejo el omeprazol.
Queda mucho camino.
https://www.youtube.com/watch?v=Eox5CRjcQW8

jueves, 2 de marzo de 2017

LA ESPIRAL NO RECORRE CAMINOS ANTIGUOS

Nuestra primera calle. Parte I
Es de noche. En la calle no hay un alma y el mar ronronea lejano: a nuestros pies, al frente, a nuestra espalda… El mar nos rodea. Una hilera de coches cubiertos de escarcha duermen en la calle, y es un Citroen Saxo blanco mi testigo más fuerte. Me separo un momento y te miro; tu pelo amarillo se esparce como la yema de un huevo sobre el capó, sonríes, y tus ojos brillan como ametralladoras en una noche de guerra interminable. Me juego la vida que no recuerdas nuestro primer beso con tanto detalle.
Nuestra última calle. Parte II
Es medio día de un día de Junio; te doy un sobre con una carta y unas fotos de nosotros, sonriendo, besándonos: tenemos 20 maravillosos años. Me despido como si nada y subes a una furgoneta blanca; resulta que es la calle de la primera parte. Tras de ti se cierra la puerta corredera; la furgoneta se pone en marcha, lentamente se hace pequeña, a lo lejos frena, dobla la esquina y desaparece. La calle está llena de gente pero no escucho nada, estoy solo, suspendido en una dimensión sorda y vacía. Doy dos pasos torpes, me tiembla todo; me siento en el bordillo de una acera y un golpe me saca todo el aire de dentro; mi cara se arruga, la cubro con las manos pero el llanto es incoercible y las lágrimas se abren paso entre los dedos. Jamás he llorado así, como una regadera.
Perdona que a veces lo recuerde todo, para mí las dos partes fueron magníficas, de una belleza muy poco superable, de una inocencia irrecuperable, de un nosotros ya intangible.
THA

miércoles, 15 de febrero de 2017

PROS Y CONTRAS

   Es de noche, meto la mano en el bolsillo chico de mi mochila y saco un bolígrafo y un lápiz. La luz de la farola nos ilumina, nuestra sombra en el suelo es una escarcha deforme. En mi análisis profundo acerca de estos dos objetos encuentro un fuerte paralelismo con la vida. A muchos les parecerá insustancial, me da igual, pues me divierte y a la vez me sorprende, reencontrarme con la rima.

   Boli o lápiz. ¡Oh, qué dilema!

   Uno es permanente, y el otro puede borrarse de un soplido.

   El tacto es diferente: frío el boli, la madera caliente. Si muerdes un boli, puedes quebrarte el esmalte; en el lápiz –si quieres, de forma imperecedera– puedes dejar la huella de tus dientes.

   Yo no aguanto tanto tiempo sentado, ni de pie: estoy mejor tumbado boca arriba: ¡ay, amigo, así un boli no escribe, lo sé de buena tinta!

   El boli traidor acaba de repente, de golpe claudica. En cambio, elegantemente, el lápiz su muerte te anticipa; no obstante, hijo de punta el mal sacapuntas.

   Mi imparcialidad es notoria: soy pro-lápiz. Os prometo que yo no sabía nada.

   Conclusión final: un buen boli es mejor que un mal lápiz, y un buen lápiz es mejor que un mal boli, mil veces.

FIN-THA