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Note

domingo, 28 de julio de 2019

Frases y aforismos

Hay días que miras por el balcón y piensas que lo tienes todo, otros días que no tienes nada; pero la sensación es parecida. 

Hoy he escuchado el canto de un pájaro que no tenía grabado en el archivo mental de: canto de pájaros.

El prejuicio es el enemigo más blando, siempre se arrodilla al momento; se trata de una victoria fácil, como comerse una picota.

Las victorias importantes son a largo plazo, hasta que se acaban los plazos: saborea la picota.

Hay quien se parte un diente comiendo una picota.

Hay ciertas pulsiones que son normales, los psicólogos lo saben, pero yo no.

Sin café, el fin de semana dura 24 horas.

Una persona de 94 años puede conformarse con ser quién es.

El que no calla no respeta, por contaminación acústica y por negar que pueda aprender algo del otro. 

Si no puedes escuchar, por lo menos permanece en silencio.

Debe ser muy difícil señalizar en una rotonda, no escupir al suelo, tirar la colilla al cenicero.

THA

domingo, 21 de julio de 2019

CAFÉ

Quería entender el por qué de estos días soporíferos de verano, el por qué de mi cuerpo totalmente embebido en lentitud y planicie. Como es habitual, cuando pienso encuentro respuestas: los fines de semana no tomo café. Este hecho se argumenta en un intento de no caer en la tolerancia a la droga, un período de lavado. Pero qué mal me sienta, la verdad es que llega el fin de semana y mi cuerpo se resiente, ha perdido la tensión del trabajo -en el que soy lego- y se afloja al nivel de un fetuchini. He resucitado: escucho de repente las chicharras y el ventilador del techo, el viento chocando en la persiana echada. Los árboles se mueven en el monte, también la ropa en el tenderete. [[Una palabra se escribe en mi pizarra mental: dinamismo]].

He leído algo de La tregua de Benedetti y me han reconfortado algunos pasajes muy humanos del protagonista, y no otros relacionados con la desesperanza, el tedio y la falta de sentido de la vida en alguien de 50 años.
Leyendo algo de Chul Han, Sartre y Camus, llego a la conclusión, obviamente condicionada, que “destriparía” hasta el monte que veo por un minuto más de sonreír, de reír, de tranquilidad y de verla reflejada en mi prójimo que eres tú también. Y en esta contradicción de buenas intenciones encuentro un sentido profundo para esta vida absurda.
Ante muchos de los problemas que ciernen sobre nosotras las cobayas: consumismo, auto-explotación neoliberal, fascismo border-line (como no puede ser de otra manera), la inexperiencia y el vacío existencial que aporta el vivir rápido, la tecnología y ciencia al servicio del capital y no de un mundo mejor, la falta generalizada de belleza y arte, tendencias absurdas en las que caemos en momentos absurdos o por falta de cafeína… Hay una pregunta (a la sombra de la muerte): el sentido de esto.
Pues ES el prójimo, que eres tú mismo, amar, la persiana, la bolsa de A. Beauty, la chica de ayer, la morsa, la sonrisa, la caricia. No hay nada más, ni plan para hoy ni paraíso para mañana, sólo tú, tu obra y lo que te encuentras hasta que te convierten en un bloque de cemento.
Estos son pensamientos de un privilegiado, alguien que lo tiene todo, incluido un alto porcentaje de salud y de los de su alrededor. Quedan asumido dicho sesgo y la influencia de autores. Sin otros conflictos:
¿Qué menos que arrojarte al entresijo absurdo de cada día, como el Sísifo de Camus, que con una sonrisa y la voluntad de ser mejor?