elefantes

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Note

jueves, 27 de octubre de 2016

Las ratas feas del río.

Eeeee Sí, el tema de la mandanga...
Amante pésimo del espíritu Dioniso, farsante. Te va el postureo y lo sabes. Eres un blando y lo sabes. Te van los chismorreos y malmeter a la espalda. Te va seguir la moda; comprar la ropa que está de moda, escuchar la música que está de moda, consumir la droga de moda. Has visto más series que leido libros. Te gusta lamer culos para caer bien, y lo sabes. Haces miles de cosas que no te apetece hacer, copias actitudes y parafraseas a fracasados continuamente. Te duele ligar menos que tu amigo, que sea más rápido y gracioso, q tenga el nabo más grande o las tetas más gordas, lo sabes. Quieres quedarte con el dinero de una herencia que no te pertenece y lo sabes. Eres un/a put@ del dinero en definitiva. En general, eres fe@ de cojones. Oh, tu solución resulta demasiado dramática para todos.
Así que....leave they hitting You, with their rhythm stick.

THA

miércoles, 12 de octubre de 2016

L'HoMMe-PaTHéTiQue

Él era un tipo grande, loco, y pretendía un amor igual. Pero la tormenta de arena le hacía daño en los tobillos y se desesperó. Decidió salir a buscarlo. El primer día no encontró nada. El segundo día regresó a casa con una chica grande, pero sensata y acabó aburriéndose. El tercer día se casó con una loca víbora y su veneno casi acaba con él. El cuarto día no encontró nada. De camino a casa le arrancó la cabeza a un tipo que le miraba mal, le robó el paquete de cigarros, se encendió uno, se bajó los pantalones y le meó la espalda. Hizo lo que haría un tipo grande y loco.
Llegó a casa, cogió la guitarra y compuso una canción. Satisfecho por el resultado encendió el ordenador y consumió porno. Terminó de masturbarse y acto seguido escuchó Careless Whispered de George Michael. Algo le golpeó dentro y comenzó a llorar.
No era un tipo grande, ni loco, ni conseguiría un amor así jamás. 

THA

lunes, 3 de octubre de 2016

Yo sé quién fuiste para mí

Se agotaban penosamente los años treinta en España, cuando nació. Un defecto congénito en su corazón apuntaba su suerte hacia abajo. Así, el alborozo de la primogénita se sublimó en angustia y desesperación. La niña visitó numerosos hospitales. En uno de ellos propusieron operar, pero no aseguraban en absoluto que sobreviviese a la cirugía. Aquello provocó en los padres la horrorosa sospecha de que los médicos simplemente querían hacer prácticas con la criatura. Volvieron al pueblo intentando pensar que todo se trataba de un mal sueño.

El paisaje desolador de un pueblo quemado convertía una nueva desgracia en el colmo de las contradicciones; todo era esperable e inaudito. Su piel de jazmín ganó el pulso a las nieves del primer invierno. Su pelo fino y de oro caía sobre la frágil estructura, dibujando una muñeca que no debía romperse. ¿Cómo iba a ser ese su final? Y no lo fue.

Desde el abismo de su cuerpo quebradizo y a una velocidad desesperada, se desarrolló una psique brutal; mordaz, fría y egoísta. La temía, la maldecía, aquel que nunca jamás recibió lo que de ella quiso; dinero, comprensión y cariño. Y en este real orden, porque no debemos olvidar, que el mundo de los humanos es miserable, y la envidia y la codicia, el origen de nuestro hedor.

Muy lejano al interés de conocer quién fue realmente y por qué// yo la vi morir, a sus ochenta años// sin cilicio ni látigo, sin marcas en su piel de jazmín, y el recuerdo de los mejores abrazos que rugen como un oso en mis días vacíos.

THA