Para mí es un hada de color amarillo y blanco que bailaba en días soleados sobre adoquines mojados y chispeantes.
Un hada nunca mía. No puedo recordarla de otra manera, por mucho que quiera mancharla de alquitrán e impurezas... quizá no era tan cándida ni tan hada pero así es como la recuerdo.
Ella baila con el mundo, es un hada y es lo que más le gusta. Cada vez que la he vuelto a ver no ha sucedido lo que en aquellas calles, igual, su máxima en mi memoria es una criatura que me dió tranquilidad, que tenía los pies chiquitos, y blancos, con una mirada perdida que me hacía constar de nuestro baile.
La he visto bailar con otros y la primera vez dolió, cuando cerró el chiringuito hasta la´grimé un poquito, nunca más... Después la he vuelto a ver bailando con otros pero he sentido fascinación y alegría, nunca más lo anterior...
A veces pasa que algo cambia adentro, sin explicación, pero es la maquinaria experta a base de experimentacion lo que hace mecanico este evento del sentir a sentir diferente, tantas formas de amor... y la más importante forma, la del amor propio.
Ya me dejo verte bailar, ya me he dejado para siempre.
THA
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