Veo una isla, estoy solo. Veo la mar y un barco, estoy acompañado con mi tranquilidad. Soy una persona íntegra, que piensa sin prisa al ritmo de la brisa. Solo quiero tranquilidad, me cago en todo, casi mataría a aquellas personas que me provocan malestar y perfidia quebranto de la fe que me deben, porque ante todo me esfuerzo tanto en no provocar yo ese efecto... Cuanta energía se derrocha...Nunca escapa de forma gratuita.. te deja de rodillas apoyado con las manos en el suelo, sin poder respirar y piensas estoy solo, con mi ansiedad. Pero soy fuerte, no me hace falta pegar puñetazos al suelo ni gritar, me basta con cerrar los ojos para llegar a la catársis e iniciar el despegue hacia mi felicidad innata, esa que debo tanto a mis dos Marías, única deuda de la que seré moroso eternamente, agradecido.
Llegaré pronto a mi isla, desaparecido en paz, lejos del sumidero de energía.
Cuanto admiro a la gente que es fuerte que es capaz de quedarse y crear un micromundo de buenos haceres y sonrisas en un mundo desprendido de la cuerda del amor al prójimo y próximo.
He hablado con un amigo respecto a la "caida" en la lucidez, sé que este es uno de esos momentos en los que soy capaz de ver la realidad y es cruda, demasiado cruda, menos mal que la lucidez dura poco.
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