¿Subir de un golpe seco la persiana es tan necesario como parece? Qué difícil es cambiar ciertas costumbres. Leer cada día, dejar de apretar la mandíbula, recoger la ropa una vez secada y no dejarla demasiado tiempo tendida, utilizar los intermitentes en una rotonda, dedicarle tiempo a ése familiar.
Por lo visto hay una nueva tendencia: gana todo el dinero que puedas de
joven para empezar pronto a vivir, pero a mí me cuesta mucho tirar la basura de
20:00 a 23:00.
Luego piensas, dile estas mierdas a una persona que lo ha perdido todo,
o que nunca ha tenido nada. Por respeto a estas personas hay que trivializar la
mayoría de asuntos, y de paso evitas parecer patético; aunque esto no evita que
lo seamos por dentro... por algo se empieza. También se evita gastar energía,
energía que intento emplear para ser mejor. Me imagino siendo mejor, es mi
motor. Imagino que me pongo esa capa con la que me importa un bledo lo
insignificante y soluciono lo importante con una sonrisa verdadera. Estéticamente
también se puede ser mejor: puliendo las frases, las palabras, el saber estar,
la broma y sobre todo el silencio.
A veces también pienso que necesito ser más disciplinado para lo
rutinario, mejorar mis ritos, ejecutarlos con mayor precisión y rapidez... Esto
ahora que lo leo es de locos, pero es realmente lo que pienso. No puedo limpiar
la casa en 3 horas si puedo hacerlo en 1 y media; no puedo planchar una camisa
en 10 minutos si puedo hacerlo en 2, en fin, lo importante es tener más tiempo;
muchas veces tiempo para “dejar de hacer” que suena mejor que tiempo para “no hacer nada”. Yo por lo menos sería tremendamente infeliz
si estuviera ocupado de rutina las 24 horas, aunque la rutina de dormir es
justa y necesaria, padre; no me importa ser un autómata al respecto. Así
que un punto clave para ser feliz es llegar al equilibrio entre el hacer y
dejar de hacer, pero eso sí que suena difícil.
No puedo engañarme, aunque vivo con alguna que otra adversidad, soy un individuo que se ha desarrollado entre algo-dones, tengo todo tipo de herramientas... Así que la pregunta es, ¿Qué debo hacer para recuperar la dignidad? Ser mejor se queda ridículamente corto, circunscrito a mí. Aunque nuestros actos repercuten en los demás, creo que mi idea de ser mejor tiene un eco recortado, poco ambicioso, demasiado individual y pueril. A la mierda el motor. Quizá sean demasiadas aspiraciones, demasiadas expectativas en un cerebro que cuando aprende a tocar la trompeta, olvida las aperturas de ajedrez.
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