¿Un camello azul, que has visto a un camello azul?
Qué tal si te dijera, que yo lo vi mucho antes que tú y que nadie. Lo vi beber del mar muerto, litros ingentes de sal; cruzar toda Mongolia a galope; erguirse ante un Mehmed impávido, antes de que este llegase a Constantinopla con sus descomunales cañones de bronce; y lo vi pasear en círculos alrededor del ciego Borges, mientras este no hallaba su rostro reflejado en el Aleph. ¿Si te dijera que yo he sido ese animal enigmático durante largo tiempo? También sé, por ejemplo, que don Emilio Alcácer Cortés, tu bisabuelo, el médico bienamado de un pueblo extremeño, maltrató a su mujer día sí, día también y que a pesar de ello, era bienamado...
La hemorragia de cien océanos cubre el cielo de un azul intenso, metálico; allá, el jaloque tiñe terroso, con arena del Sahara, el margen de la mole. No, no se trata de oscuras artes, más bien, lo contrario; hoy, la luz que lo atraviesa todo, revela el secreto más inextricable. Yo también he visto al camello azul y a ti, a través de sus ojos.
THA
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