Buenas noches, desde la colina más alta.
Él siempre está ahí, lo intuyo, me mira penetrante; tras los barrotes negros en la noche, no se ve nada; tras los barrotes no necesita esconderse, está a salvo de mí, inalcanzable pero, se adueña de mi alma. Él calla, su garganta -pozo insondable de estrellas monstruosas- se abrirá mañana, tras los barrotes negros. Raja sus labios y derrama su licor sobre mis sueños, delante de mí, peor que un lobo.
https://www.youtube.com/watch?v=7REvGm-DGxU
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