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Note

domingo, 5 de septiembre de 2010

El cuento del gallo KIRIKO

Érase una vez un gallo altivo y altanero que
fue invitado a la boda del tío Perico. Era
tan presumido que quería brillar como un
arco iris. Estuvo mucho tiempo acicalando
sus plumas para que todos los invitados de
la boda se fijaran en el.

Salió de casa y se encontró con “gusanito “
el cual sorprendido de las galas del gallo
kiriko le saludó.
Hola gallo kirico ¿dónde vas tan
tempranito con ese vestido de plumas tan
rico ?
A la boda del Tío Perico contestó el gallo
secamente.
Yo también estoy invitado, dijo el gusanito
pero arrastrándome no se si llegaré a
tiempo. ¿Tu me podrías llevar a la boda ?

Pero qué insolencia, dijo el gallo, claro
que te llevaré, pero dentro de mi
estómago y de un picotazo se lo comió.
Siguió caminando y se dio cuenta de
que al comerse a gusanito se había
manchado el pico de barro. ¡Qué
fatalidad pensó ! cómo me voy a
presentar con el pico sucio en la boda.

Al rato se encontró con una lechuga que le
dijo: Buenos días gallo kiriko ¿dónde vas tan
tempranito con ese vestido de plumas tan
rico y todo manchado de barro tu pico?
Voy a la boda del Tío Perico. ¿Me harías el
favor de limpiarme el pico?
Sí, dijo la lechuga, pero antes dime si has
visto a gusanito.
No, contestó el gallo. No lo he visto.
La lechuga se extrañó de la respuesta, y
sospechó que el gallo estaba mintiendo. Así
que alzando la voz llamó a gusanito: Gusano,
gusanito ¿dónde estas que hoy no te he
visto?
Estoy aquí, respondió gusanito, en la tripa
del gallo kirico.
Mal bicho, dijo la lechuga al gallo, por
embustero límpiate tu el pico.

Siguió andando y se encontró con una oveja.
Buenos días gallo kiriko ¿dónde vas tan
tempranito con ese vestido de plumas tan rico y
todo manchado de barro tu pico?
Voy a la boda del Tío Perico. ¿Me harías el
favor de comerte a la lechuga que no ha querido
limpiarme el pico?
Sí, dijo la oveja, pero antes dime si has visto
a gusanito.
No, contestó el gallo. No lo he visto.
La oveja se extrañó de la respuesta, y
sospechó que el gallo estaba mintiendo. Así que
alzando la voz llamó a gusanito: Gusano,
gusanito ¿dónde estás que hoy no te he visto?
Estoy aquí, respondió gusanito, en la tripa del
gallo kirico.
Mal bicho, le dijo la oveja al gallo, por
embustero límpiate tu el pico.

Siguió andando y se encontró con un lobo.
Buenos días gallo kiriko ¿dónde vas tan
tempranito con ese vestido de plumas tan rico y
todo manchado de barro tu pico?
Voy a una fiesta. Me harías el favor de comerte a
la oveja, que no se ha querido comer a la lechuga,
que no ha querido limpiarme el pico para ir a la
boda del tío Perico.
Sí, dijo el lobo, pero antes dime si has visto a
gusanito.
No, contestó el gallo, no lo he visto.
El lobo se extrañó de la respuesta y sospechó que
el gallo estaba mintiendo. Así que alzando la voz,
llamó a gusanito: Gusano, gusanito ¿dónde estás
que hoy no te he visto?
Estoy aquí, respondió gusanito, en la tripa del
gallo kirico.
Mal bicho, le dijo el lobo al gallo, por embustero
límpiate tu el pico.

Por fín el gallo llegó a la casa del tío Perico. Una
criada al verlo tan gordo y hermoso lo cogió del
pescuezo y dijo: A la cazuela, los invitados se
chuparan los dedos al comer este manjar.
Estaban preocupados porque había desaparecido
gusanito que era amigo de todo el mundo y no
había asistido a la boda. Pero para sorpresa de
los comensales, cuando la criada trinchó el gallo,
apareció gusanito y todos se alegraron
muchísimo al ver que estaba bien.
Así se acaba esta historia de un gallo presumido
y vanidoso que iba a la boda del tío Perico y
acabó en la cazuela.

El mejor cuento del mundo

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