Mi alma, dicen que nunca sentiste amor
dicen que nuestras manos nunca fueron
esclavas de otras dos, saltando el rumor...
De nuestro infierno oculto resurgieron
luces que alumbran mi sentido temor.
De la expresión de mi cara comieron
haciendo el vacío con tanto clamor
que mis ojos tristes nunca más dieron
nunca más concedieron otro perdón
a aquellos rancios labios que me hirieron
ofreciendo la duda en mí tierno, tremor.
Somos, alma mía, díada y calor
Nos fusilan, pero ellos ya murieron...
¿Acaso algo sabe el ocaso de amor?
THA
No hay comentarios:
Publicar un comentario