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Note

lunes, 4 de mayo de 2015

CADENA DE ERRORES

El viaje a Roma en general ha sido un acierto pero ha quedado algo justo por ciertas vicisitudes derivadas de mi estupidez. Yo soy experto en varias materias, una de ellas es la de dejar la mente en blanco y otra la de reírme de mi mismo. La primera muchas veces tiene como consecuencia el ejercicio de la segunda (aunque si pasara al revés sería aún más gracioso, para el espectador) y en esta ocasión no ha podido ser así.
El viaje a Roma ha sido intenso, divertido, revelador y anecdótico y menos mal.
Yo estuve aquí, en el Coliseo y en la Fontana de Trevi y recuerdo una estancia pesada a remolque sin ninguna gracia. Ahora con 15 años más no entiendo qué clase de niño fui, en qué coño estaba pensando que ni fui capaz de imaginar batallas en la arena, de emocionarme ni un instante de sentirme profundamente cateto y que apareciese la inquietud de conocer algo más de lo que me rodeaba. Supongo que estaría más ocupado pensando cuando dejaría de oler a vinagreta que es como huelen los adolescentes que están desesperados por echar su primer polvo y se matan a pajas, estaría dándole vueltas a si me crecería aún más el nabo o cualquier gilipollez así.
Dejo el hotel donde me hospedo, me quedan 3 horas hasta la partida del avión y creo que todavía puedo darme una vuelta. Salgo con mi libro de John Fante y leo a los pies del Coliseo y luego un poco más en el foro romano. Visito el museo de la Piazza Venezzia, la plaza que más me ha impresionado, entro, salgo y decido emprender camino a Roma Termini. De camino me paro en el café theatre y se me antoja un campari, que tardan en traérmelo, tardan demasiado, otra vez a un camarero se lo olvida mi comanda, no debería darles tanta conversación ni ser tan simpático. Termino el libro de Fante pago y voy a paso rápido. Cuando llego a Termini pregunto por el siguiente tren al aeropuerto pero es domingo y el próximo no me sirve. Puto campari de los cojones y putos camareros, la culpa es mía que soy un idiota y ahora tengo que pagar un taxi. El renfero del lugar me deja caer que aún en taxi muy muy muy rozando patilla conseguiría coger el vuelo, entonces salgo desesperado y me aborda un taxista, acepto sus servicios.
Le explico que tengo 30 minutos para llegar al aeropuerto y esprinta loco hacia el coche tan rápido que le pierdo casi de vista, me subo, arranca.
-Terminale?
-No lo sé. Fiumicino
-Internazionale?
Mi italiano es una porquería y nos entendemos de milagro.
-Alitalia, Barcelona, 30 minutti
-Terminale 3 entonces, ¿de la juve?
-No, esta camiseta es del Cartagena.
-Antonio
-Fante
Entonces se salta casi todos los semáforos de Roma ciudad poniendo luces de alarma, se pone a 150Km y alguna vez da la impresión o que vamos a atropellar a alguien casi al 100% o que nos matamos al mismo porcentaje.
-Son 50 euros al aeropuerto no?
-50 de ida 50 de vuelta, 40Km a Fuimicino, capito?
Vale, no me había dado cuenta de que el taxi no era homologado, y me la iba a meter doblada, resignado acepto, qué coño iba a hacer, parar el taxi? Pues claro pero no lo hago porque soy gilipollas y entre otras cosas hasta me llego a creer lo de ida y vuelta. Me enseña una mierda de papel donde se explica la tarifa, no me entero de un carajo.
A pesar de que no había visto una conducción temeraria como esta no se me notaba y apoyo tranquilamente el codo en la ventana bajada. Llegamos a la autopista y vamos a 200km/h adelantando por cualquier carril, se estaba pasando tela y en un bache el coche se suspende en el aire, me mira un rato mientras va a 200 y explota una risa que más acojona que hace gracia.
-Saltado eh? Hemos saltado?!!
-Si si joder…
-50 de ida y 50 de vuelta, mas también complemento que es festivo capito?
-Cuanto complemento?
-50 euro
-Molto expensivo Antonio!? No tengo ese dinero, arrivare al aeroporto y banco.
Pero qué hijo de puta, menudo atraco se estaba marcando. Todavía no lo había visto todo.
-Soy de Napole
-Y yo de Cartagena. Antonio!! Tenías que haber entrado por ahí.
-Nooo! En aeroporto no banco, me quieres engañar!!
Vale ahora sí que me iba a atracar. Entramos en el pueblo de Fuimicino a un cajero poco transitado saco 100 euros más por si acaso y entro en el coche. Advierto que en su mano izquierda sostiene un billete de 10 euros.
-Me pagas ahora!!
-Toma. Le doy 150 euros. Y no sé qué hace con un billete de 50 euros que me enseña 110. Me grita.
-Stronzo a Antonio no engaña nadie. Golpea el volante y en uno de esos movimientos veo que tiene una pistola en el costado izquierdo.
Yo no sé lo que hubierais hecho o pensado pero yo me llevo las manos a la cara tapándome los ojos y suspiro resignado mientras pienso lo surrealista de la situación lo peligroso de la situación. ¿Ahora qué hago? Si esto llega a las manos alguno de los dos va a terminar mal y temo que soy yo el que tiene todas las papeletas por lo evidente de todo. Intenté llorar cómo un histérico pero no pude, no me salía, no estaba acojonado al 100% para esto, sabía que si quisiera podría llevarse todo el dinero que quisiera, solo quería asustarme. Puse cara de seriedad y tristeza impasible.
-Antonio
-50 euros más! Me grita 50 euros más!! Salte del coche, que te salgas del coche!!
-Doy un golpe en la ventana y elevo algo el tono diciendo. “Mi padre he morto”!! Llevame al aeroporto, tinc que arrivare al aeroporto, espeto en mi cataliano. Salgo del coche.
-He morto tu pare? He morto tu pare? Me pregunta por segunda vez más alto. Yo hago como que no me inmuto de su acoso.
-Sí. Mantengo la calma con la mirada de los 1000 metros, como si no me importara nada y realmente la muerte de mi padre me hubiese dejado sin sentido para seguir atendiendo a cualquier cosa que me pasara en la vida.
-Entra al coche entra! Vamos! Me mira y me dice, mi pare tambene he morto. Me enseña una foto carnet de su aparente y obeso padre.
-He morto de un infarto. Corazone. Ataque. Pensé que el suyo habría muerto de IAM dada la cara que tenía y conseguir crear un vínculo de alguna manera y ganarme algo su confianza, pero apenas me atendió.
Arranca, parece que se encuentra algo más tranquilo, salimos de Fuimicino pueblo y en una nacional se pone a 200Km/h haciendo apartarse fuera de la carretera a cualquier turismo que se encontrara, excepto a uno. Dentro había un calvo bigardo supermusculado con su mujer que estaba tremenda, empiezan a gesticular y Antonio va aminorando la velocidad e invadiendo el espacio del carril hasta hacerle parar. Con las ventanillas bajadas, cada uno desde su asiento comienzan a discutir fuertemente hasta que el calvo le grita que lo mata. Entonces Antonio coge una porra extensible y sale del coche. La mujer gritaba mientras se le derramaban lágrimas por la cara cuando le suelta un porrazo al faro del coche. Arrancaron derraparon y se fueron cagando leches. Antonio vuelve corriendo al coche pareciendo que la contienda no ha terminado. Le recuerdo lo de mi padre.
-Tu pare….Tu pare no ha morto!! Movil, el móvil mensaje!! Comienza a darle golpes al volante.
Antonio no se creía lo de mi padre y quería ver un mensaje en el móvil con las condolencias de algún allegado.
-He morta face cincue horas…La mia mama es la única que lo sabe. No mensatge per parlar de que pare he morto.
Para el coche en un descampado da cuatro vueltas y se saca la pistola. Me indica que me acerque. Entonces no puedo levantarme del asiento, las piernas me pesan 50 toneladas.
-Toma, dispara contra el árbol entiendo que me dice.
Me vuelvo a llevar las manos a la cara, esto se está pasando de surrealista, quería que le disparase a un puto árbol para descargar mi rabia o para que mis huellas se quedasen en la puta pistola, cosa que se me ha ocurrido con las horas. Pero yo no podía moverme. Y muy seriamente retiro las manos de la cara y me quedo mirando al infinito, con la mente en blanco.
Grita, no se qué dice. Vuelve al coche y sin hablarme nos ponemos en marcha, llegamos al aeropuerto.
-Gracie Antonio per tuto.
-Ciao
FIN
THA

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