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Note

sábado, 17 de abril de 2010

El luchador de carne y hueso

Comprender es virtud y la envidia, su carencia final. (No comprensión---miedo---envidia)

Hay dos tipos de personas respecto a esto, el que se busca así mismo para dibujar sus dimensiones y el que por miedo se conforma, ni dibuja su estampa dejando a otros dicho cometido. El conformismo deslustra y sus partícipes envidiosos intentan contagiar a sus contrapersonas al no comprender las intenciones de estos.

¿Quiénes somos, un producto, somos únicos? ¿Qué nos diferencia, qué forma tenemos, somos todos iguales?
Todo el mundo respondería, no somos iguales, cada uno es diferente.

Si quieres ser debes hacer, para hacer comprender, para comprender pensar, para pensar tiempo y sentido, para tener tiempo y sentido suerte, para tener suerte nacer. Nacer, ser y muerte, un camino largo en el que no te regalan nada, una lucha que acaba el día que te mueres. ¿Luchar para nada?

La cuestión es que hay otras personas en este mundo que son las que dan sentido a la vida, la lucha se ve, influye, enseña y se transmite, la lucha es energía y nunca muere. El que no lucha, muere y el que lucha a muerte también pero servirá con su fuerza a otro valiente. Lucha es amor, fidelidad a la vida, a la justicia.

Nuestras acciones van dirigidas a la humanidad en espacio y tiempo, a la nuestra, a la futura, somos ayuda, ejemplo, maestros, directores de orquesta.

Todos nacemos con una batuta en la mano y la responsabilidad de hacer algo con ella.
El tiempo y tus sentidos te harán pensar, sobre lo que te rodea, comprenderás que el miedo es la herramienta que lo controla TODO, TODO lucharás por vivir y eliminar ese miedo y cuando contemples la destrucción y no la derrota lo harás como un hombre. Sabrás que hacer con la batuta, la mejor versión de tu canción favorita, sabrás vivir y amar al mundo. Nacer para ser, ser para amar.

Mi muerte, mi destrucción vale bien una sonrisa eterna.

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